TEHERÁN – Irán tiene previsto poner en marcha otras tres versiones de un satélite lanzado esta semana por Rusia, según declaró el viernes el portavoz del gobierno de Teherán.
El Khayyam se puso en órbita el martes, lo que provocó acusaciones por parte de Estados Unidos de que está destinado al espionaje. Irán rechazó la afirmación de Washington como “infantil”.
“La construcción de otros tres satélites Khayyam con la participación de científicos iraníes está en la agenda del gobierno”, dijo su portavoz Ali Bahadori-Jahromi en Twitter.
En respuesta al lanzamiento, Washington dijo que la creciente cooperación de Rusia con Irán debía considerarse una “profunda amenaza”, pero el jefe de la agencia espacial iraní, Hassan Salarieh, rechazó la acusación.
Dijo que el Khayyam está diseñado para satisfacer las necesidades de Irán en materia de “gestión de crisis y urbana, recursos naturales, minas, agricultura, etc.”.
El Khayyam fue construido por los rusos bajo la supervisión de Irán, dijo Salarieh en una conferencia de prensa el miércoles.
Antes del lanzamiento, The Washington Post citó a funcionarios de inteligencia occidentales anónimos diciendo que Rusia “planea usar el satélite durante varios meses o más” para ayudar a su esfuerzo de guerra antes de permitir que Irán tome el control.
La agencia espacial iraní subrayó el domingo que controlaría el satélite “desde el primer día”, en una aparente reacción al informe del Post.
Khayyam, aparentemente llamado así por el polímata persa del siglo XI Omar Khayyam, no será el primer satélite iraní que Rusia pone en el espacio.
En 2005, el satélite iraní Sina-1 fue desplegado desde el cosmódromo ruso de Plesetsk.
El lanzamiento del nuevo satélite se produjo un día después de que la Unión Europea presentara un “texto final” en las conversaciones para salvar el acuerdo de 2015 destinado a frenar las ambiciones nucleares de Irán, que Teherán dijo estar revisando.
Estados Unidos ha acusado a Irán de apoyar de hecho la guerra de Rusia contra Ucrania mientras adopta un “velo de neutralidad”.
Irán insiste en que su programa espacial es sólo para fines civiles y de defensa y no incumple el acuerdo nuclear de 2015, ni ningún otro acuerdo internacional.
A los gobiernos occidentales les preocupa que los sistemas de lanzamiento de satélites incorporen tecnologías intercambiables con las utilizadas en misiles balísticos capaces de lanzar una cabeza nuclear, algo que Irán siempre ha negado querer construir.