Según los informes, Irán está sufriendo una importante crisis de agua, hasta el punto de que puede perder todas sus fuentes naturales de agua dentro de 40 años.
Según la publicación israelí Globes, la crisis ha sido causada por el calentamiento global y otros factores, y ha hecho del país el cuarto lugar en el mundo en términos de disminución de los recursos hídricos. Esto ha provocado un descontento público generalizado, la renuncia de miembros del parlamento y un sentimiento creciente de protesta en las calles.
Un informe reciente de la NASA indicó que todas las fuentes de agua natural en Irán pueden desaparecer dentro de 40 años, mientras que el régimen gobernante no ha logrado encontrar nuevos recursos o construir una infraestructura para compensar la pérdida.
Un residente de la región iraní de Isfahan dijo a Globes: «Tal vez beberemos petróleo en lugar de agua«. Refiriéndose a las nuevas sanciones estadounidenses sobre el sector petrolero de la República Islámica, agregó: «No hay ningún lugar donde vender el petróleo ahora y tenemos mucho de eso».
El verano pasado, 35 millones de iraníes, residentes de provincias lejanas al centro de la República Islámica, sufrieron largas interrupciones en el suministro de agua, a veces semanas sin una gota de agua en los grifos. Con este telón de fondo, el Gobierno central decidió cambiar la distribución del agua a lo largo del río Ziananda en el centro del país y desviar parte de sus aguas a distritos particularmente dañados. La medida provocó fuertes reacciones de los representantes de los distritos afectados por la ausencia de agua, por lo que 18 miembros del parlamento de la región de Isfahan renunciaron en protesta y exigieron que el presidente Rouhani también renuncie.