Irán planea abandonar la producción de su vacuna Fakhravac contra el Covid-19 debido a una supuesta falta de demanda, según una declaración de su Ministerio de Defensa. Este hecho también pone en peligro el destino de las otras cinco vacunas de producción nacional de Irán, ya que las importaciones aumentan y los iraníes muestran cada vez más inclinación por las inoculaciones extranjeras.
“Esperábamos tener entre 1.000 y 1.500 voluntarios al día, pero el número se ha reducido a unos 100”, dijo Ahmad Karimi, jefe del proyecto Fakhravac. “Se ha convertido en un reto porque en la tercera fase del ensayo clínico los grupos de muestra tienen que ser grandes”.
A pesar de haber recibido la autorización de uso de emergencia en Irán, la vacuna Fakhravac sigue esperando la aprobación completa, un proceso que se ha prolongado debido a que el ministerio no ha encontrado un número suficiente de participantes para los ensayos necesarios.
Además, la decisión del Ministerio de Sanidad de dar marcha atrás en sus compromisos de comprar grandes cantidades de la vacuna a los fabricantes nacionales había socavado gravemente la validez de la vacuna y la fe del pueblo iraní en tomarla.
“Estamos planeando poner fin a la producción, porque ¿a quién se la vamos a vender?”, dijo Karimi al hablar con los medios de comunicación iraníes la semana pasada. Añadió que se habían almacenado aproximadamente un millón de dosis.
Las otras formas de inoculación de Irán contra el coronavirus también han tenido dificultades últimamente, en particular la otra vacuna principal del país, la CovIran Barakat. Esta otra vacuna, también autorizada únicamente para uso de emergencia, no había entregado los 50 millones de dosis que había prometido para finales de septiembre y se ha enfrentado a una reacción similar entre la élite del país.