Un informe no verificado proveniente de Irán indica que Irán y Arabia Saudita están organizando ejercicios militares conjuntos en el mar Rojo, un hecho que representaría un cambio significativo para estas naciones, consideradas dos de las principales potencias de la región.
Estos dos países, que han mantenido posturas opuestas en diversas áreas de conflicto a lo largo de la historia, rompieron sus lazos diplomáticos en 2016.
A pesar de sus diferencias, Irán, de mayoría chiita, y Arabia Saudita, predominantemente sunita, restablecieron sus relaciones en el año anterior, resultado de un acuerdo sorpresivo que fue facilitado por China.
“Arabia Saudita ha solicitado que organicemos ejercicios conjuntos en el mar Rojo”, declaró el comandante de la Armada de Irán, almirante Shahram Irani, según reportes de la agencia de noticias iraní ISNA.
“Las coordinaciones están en curso y las delegaciones de ambos países llevarán a cabo las consultas necesarias para determinar la manera de ejecutar el ejercicio”, añadió el almirante, aunque no ofreció detalles adicionales, como un calendario específico.
Por su parte, Arabia Saudita no ha confirmado de inmediato la realización de estos ejercicios militares en colaboración con Irán.
Hutíes de Yemen atacan barcos en el mar Rojo en apoyo a Hamás
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Desde el mes de noviembre, los islamistas hutíes de Yemen, que cuentan con el respaldo de Irán, han iniciado una campaña de ataques dirigidos a embarcaciones en el mar Rojo y el Golfo de Adén, argumentando que estas acciones son una manifestación de solidaridad con los palestinos en el contexto de la guerra entre Israel y Hamás en Gaza.
Además, los hutíes han llevado a cabo lanzamientos de misiles hacia Israel, lo que generó una respuesta en forma de ataques aéreos por parte de las fuerzas israelíes a finales del mes pasado, los cuales se centraron en la infraestructura hutí situada en el occidente de Yemen.
Desde 2015, los hutíes han estado enfrentándose a una coalición liderada por Arabia Saudita, que se formó pocos meses después de que los hutíes capturaran la capital yemení, Saná, junto con la mayoría de las áreas pobladas del país, lo que forzó al gobierno internacionalmente reconocido a reubicarse en el sur, específicamente en Adén.
Arabia Saudita, que ha brindado apoyo al gobierno de Adén, ha tenido que mantener un delicado equilibrio, ya que el mayor exportador de petróleo del mundo busca evitar verse atrapado en un conflicto que se desarrolla a sus fronteras.
A pesar de la situación, el reino no se unió a una coalición naval liderada por Estados Unidos, destinada a disuadir los ataques de los hutíes. Además, los intentos de Arabia Saudita por alcanzar un acuerdo de paz en Yemen se han visto frustrados debido a los recientes ataques hutíes a embarcaciones.