Iran ejecutó a Mohsen Langarneshin por espiar para el Mossad y apoyar operaciones terroristas, en medio de tensiones nucleares y conflictos con Israel.
Irán ejecuta a presunto espía del Mossad
Irán ejecutó el 30 de abril de 2025 a Mohsen Langarneshin, acusado de espiar para el Mossad de Israel y de participar en operaciones que incluyeron el asesinato del comandante de los Guardianes de la Revolución, Hassan Sayyad Khodaei, en 2022. Según el medio judicial iraní Mizan, Langarneshin fue ahorcado tras la confirmación de su sentencia por la Corte Suprema de Irán. La ejecución ocurrió mientras se desarrollan negociaciones nucleares indirectas entre Teherán y Washington, mediadas por Omán, y en un contexto de escalada militar tras los ataques con misiles de Irán contra Israel en 2023 y 2024. Mizan afirmó que Langarneshin, reclutado por el Mossad en octubre de 2020, proporcionó apoyo logístico y técnico para el asesinato de Khodaei, abatido a tiros frente a su casa en Teherán en mayo de 2022, y para un ataque a un centro industrial en Isfahán ligado al Ministerio de Defensa iraní.
Langarneshin, según Mizan, compró equipos de comunicación, vehículos y gestionó transferencias de dinero para agentes del Mossad, además de alquilar casas seguras en varias provincias. El medio estatal afirmó que el acusado confesó sus acciones tras reunirse con oficiales del Mossad en Georgia y Nepal. Grupos de derechos humanos, como Amnesty International, han criticado los procesos judiciales iraníes, denunciando que las confesiones suelen obtenerse bajo tortura y que los juicios carecen de transparencia. Esta ejecución se suma a una serie de casos en los que Irán ha condenado a muerte a personas acusadas de colaborar con Israel, en el marco de una prolongada guerra encubierta entre ambos países.
La guerra encubierta entre Irán e Israel ha incluido asesinatos de científicos nucleares iraníes, sabotajes a instalaciones militares y nucleares, y operaciones de inteligencia. Desde 2010, Israel ha sido vinculado a ataques contra figuras clave del programa nuclear iraní, como el asesinato de Mohsen Fakhrizadeh en noviembre de 2020, ejecutado con un arma controlada remotamente asistida por inteligencia artificial. En 2018, el Mossad robó 55,000 páginas de documentos nucleares de un almacén en Teherán, revelados por el primer ministro Benjamin Netanyahu como prueba de un programa armamentístico encubierto. Irán ha respondido ejecutando a numerosos acusados de espionaje, incluyendo cuatro personas en diciembre de 2023 y otras cuatro en enero de 2024, todas vinculadas al Mossad.
En paralelo, Israel ha intensificado sus esfuerzos contra redes de espionaje iraníes. El 28 de abril de 2025, un tribunal israelí sentenció a Moti Maman, un empresario de Ashkelon, a 12 años de prisión por conspirar para asesinar a altos funcionarios, incluido Netanyahu, bajo órdenes de agentes iraníes. Maman, contactado a través de Telegram por un supuesto agente iraní, viajó a Irán vía Turquía y recibió pagos en criptomonedas. La investigación de la Shin Bet reveló que Maman planeaba ataques en suelo israelí, incluyendo un atentado contra una figura política no identificada. Este caso se suma al arresto de siete ciudadanos israelíes en octubre de 2024, acusados de fotografiar bases militares y sistemas de defensa como el Domo de Hierro para Irán.
Datos clave sobre la guerra encubierta Irán-Israel
- Ejecuciones en Irán: Desde 2020, al menos 20 personas han sido ejecutadas por espionaje para Israel, según Iran Human Rights.
- Operaciones del Mossad: El Mossad ha sido vinculado a al menos cinco asesinatos de científicos nucleares iraníes entre 2010 y 2020.
- Ataques en Irán: Desde 2021, Irán reportó sabotajes en Natanz e Isfahán, atribuidos a Israel.
- Espionaje en Israel: En 2024, Israel desmanteló dos redes de espionaje iraníes, arrestando a 12 personas.
- Intercambios militares: Irán lanzó 320 proyectiles en abril de 2024 contra Israel, que respondió con ataques a instalaciones militares iraníes.
Escalada militar tras el 7 de octubre de 2023
Las tensiones entre Irán e Israel se intensificaron tras el ataque del 7 de octubre de 2023, cuando Hamás, respaldado por Irán, mató a 1,200 personas y tomó 251 rehenes en Israel. Israel respondió con una ofensiva en Gaza, causando miles de muertos, según cifras palestinas. El 13 de abril de 2024, Irán lanzó más de 300 drones y misiles contra Israel en represalia por un presunto ataque israelí contra su embajada en Damasco, que mató a 16 personas, incluidos siete oficiales de los Guardianes de la Revolución. Israel, con apoyo de EE. UU., Reino Unido y Jordania, interceptó el 99% de los proyectiles.
El 1 de octubre de 2024, Irán lanzó un segundo ataque con 180 misiles balísticos, dirigido a bases militares israelíes, en respuesta al asesinato del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, y un comandante iraní en Líbano. Israel interceptó la mayoría de los misiles con el Domo de Hierro y reportó daños mínimos. El 26 de octubre, Israel respondió con ataques aéreos contra instalaciones militares en Irán, destruyendo mezcladoras de combustible sólido para misiles y afectando defensas aéreas en Teherán, Juzestán e Ilám. Irán reportó cuatro muertos y minimizó el impacto, mientras Netanyahu afirmó que los ataques debilitaron la capacidad militar iraní.
Las negociaciones nucleares añaden complejidad al conflicto. Irán acusa a Israel de sabotear las conversaciones con EE. UU., que buscan limitar el enriquecimiento de uranio. Netanyahu rechaza cualquier acuerdo que no desmantele por completo el programa nuclear iraní, mientras Teherán insiste en que sus actividades son pacíficas. En noviembre de 2024, la Agencia Internacional de Energía Atómica reportó que Irán había acumulado uranio enriquecido al 60%, suficiente para varias armas nucleares si se procesa al 90%.
La ejecución de Langarneshin refleja la postura de Irán contra la influencia israelí, mientras Israel refuerza su seguridad interna frente a las operaciones iraníes. Ambos países mantienen una guerra de inteligencia que incluye ciberataques, sabotajes y asesinatos selectivos. En Irán, las autoridades han arrestado a decenas de presuntos espías desde 2020, aunque las acusaciones suelen carecer de evidencia pública. En Israel, la Shin Bet ha desmantelado redes iraníes que buscaban explotar ciudadanos con promesas de pago, como en el caso de Maman.
Historial de espionaje y represalias en la región
El historial de acusaciones de espionaje en Irán es extenso. En diciembre de 2023, Irán ejecutó a un hombre en Sistán y Baluchistán por espiar para el Mossad. En enero de 2024, cuatro kurdos fueron ahorcados por sabotaje en Isfahán, acusados de trabajar para Israel. Iran Human Rights denunció que los acusados fueron torturados y no tuvieron juicios justos. En 2022, Irán afirmó haber desmantelado una red del Mossad que planeaba ataques terroristas, confiscando armas y explosivos.
En Israel, los casos de espionaje para Irán han aumentado desde 2023. Además del caso de Maman, en octubre de 2024, la policía israelí y la Shin Bet arrestaron a siete ciudadanos de origen azerbaiyano por recolectar información sobre bases aéreas, puertos y la central eléctrica de Hadera. Los sospechosos, pagados con cientos de miles de dólares, sabían que sus acciones podían facilitar ataques con misiles iraníes. En 2021, Israel desarticuló una red iraní que reclutaba mujeres israelíes a través de Facebook para fotografiar sitios sensibles.
La guerra se extiende a los aliados de ambos países. Irán respalda a Hezbolá en Líbano, Hamás en Gaza y los hutíes en Yemen, que han atacado intereses israelíes. Israel, apoyado por EE. UU., ha intensificado operaciones contra estas facciones, incluyendo el asesinato de Nasrallah en septiembre de 2024. La Guardia Revolucionaria iraní ha intentado sin éxito operaciones en suelo israelí, como un complot frustrado en Turquía en 2022 para atacar a ciudadanos israelíes.
La dinámica entre Irán e Israel permanece en un punto crítico. Las ejecuciones en Irán y las condenas en Israel subrayan la desconfianza mutua, mientras los ataques militares y las negociaciones nucleares mantienen la región en vilo. La capacidad del Mossad para operar en Irán y los esfuerzos iraníes para infiltrarse en Israel evidencian una guerra de inteligencia que no muestra signos de disminuir.