La delegación iraní defenderá los intereses nacionales y los avances en energía nuclear pacífica, mientras busca eliminar las sanciones, afirmó Esmaeil Baqaei, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Las conversaciones, facilitadas por Omán en Mascate, representan el contacto de mayor nivel entre ambos países desde que EE. UU. abandonó el acuerdo nuclear de 2015 en el primer mandato de Donald Trump. Estas negociaciones, iniciadas hace casi un mes, siguen a rondas previas con avances reportados, aunque persisten obstáculos.
Diferencias sobre el enriquecimiento de uranio, considerado “no negociable” por Teherán, generan tensiones. Un enviado estadounidense lo calificó como una “línea roja”.
Irán enriquece uranio al 60%, superando ampliamente el 3,67% permitido en el pacto de 2015 y acercándose al 90% necesario para armas nucleares. Teherán, que amenaza con destruir a Israel, mantiene niveles de enriquecimiento incompatibles con fines civiles.