El ataque iraní contra una importante infraestructura petrolera saudí vino de dos lugares, de ahí la confusión. Las fuentes militares y de inteligencia de DEBKAfile revelan que los misiles de crucero Summer fueron disparados desde Khuzestan en el sur de Irán y los aviones no tripulados Avail 2 desde Anbar en el oeste de Irak. Esta fue la conclusión a la que llegaron los servicios de inteligencia de Estados Unidos y Arabia Saudita sobre el devastador ataque del sábado contra la gran refinería de petróleo saudí de Abqaiq y su yacimiento de petróleo de Kurais.
Las fuentes de DEBKAfile añaden que el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria (CGRI) de Irán, que organizó el ataque, disparó un total de 17 misiles y aviones no tripulados, de los cuales 12 alcanzaron impactos directos sobre sus objetivos y cinco aviones no tripulados fallaron.
Khuzestan, la fuente de los misiles, es el principal centro petrolero de Irán, mientras que los aviones no tripulados procedían de un lugar situado a unos 200 km de la gran base aérea estadounidense de Ayn al-Asad, en la provincia de Anbar. Una franja de desierto fue limpiada por la milicia chiíta pro-iraní de PMU, lista para la operación, bajo las órdenes del general Qassem Soleimani, jefe de Al Qods en Irán.
La Navidad pasada, el presidente Donald Trump visitó la base aérea, en su única visita a Irak como presidente, y elogió el avanzado equipo militar instalado allí que permite a los contingentes estadounidenses tener el control total de la región.
El gobierno y los militares israelíes se están poniendo nerviosos por el retraso en cualquier respuesta saudí o estadounidense al ataque iraní, que ya ha afectado al mercado energético mundial, temiendo que, si Teherán puede salirse con la suya con un ataque importante contra un aliado estadounidense, se le anime a optar por otro.
Fuentes israelíes no dieron crédito a la afirmación del presidente iraní Hassan Rouhani el lunes de que el ataque a las instalaciones petroleras saudíes fue una operación hutí en represalia por los ataques del reino en Yemen, juzgándolo como otro intento de distanciar a Teherán de la responsabilidad y pretender que no tiene nada que ver con Estados Unidos.
El primer ministro Benjamin Netanyahu también emitió una declaración el lunes, diciendo que Israel está preparado para la posibilidad de ser arrastrado a cualquier confrontación entre Estados Unidos e Irán por una huelga en una planta petrolera saudí. “Me ocupo de nuestra seguridad en 360 grados, y puedo decirles que estamos bien preparados” para cualquier provocación iraní. Netanyahu habló 24 horas antes de la votación nacional de Israel en la que se presentó a la reelección.