En los últimos días se ha afirmado que hay milicianos árabes favorables al régimen iraní entre las fuerzas que éste utiliza actualmente para aplastar las protestas.
Las manifestaciones para protestar por el presunto asesinato de una joven kurda iraní, Mahsa Amini, por parte de las autoridades iraníes han entrado en su segunda semana. Amini murió tras ser detenida por llevar su hiyab de forma “inmodesta”.
Unas 80 personas han muerto en las protestas, que se han extendido desde la provincia del Kurdistán a las 31 provincias de Irán. El alcance de las protestas se ha ampliado y ahora se centran no sólo en el asesinato de Amini, sino en cuestiones más amplias como los códigos de vestimenta represivos para las mujeres en Irán y la grave situación de la economía.
A medida que las protestas continúan y se intensifican, un número cada vez mayor de participantes afirma que entre las fuerzas que tratan de aplastar las manifestaciones se encuentran miembros de las milicias árabes pro-régimen iraní.
Estas alegaciones han aparecido en varias cuentas online muy seguidas asociadas a las protestas y han sido repetidas por iraníes en conversación con este autor. Cabe señalar que afirmaciones similares surgieron durante la última gran ola de protestas en Irán, en 2019.
¿A quién está trayendo Irán para aplastar las protestas?
Según una fuente iraní procedente de Sanandaj, capital de la provincia iraní del Kurdistán, “los testigos de Rasht, Lahijan, Qazvin y Sanandaj afirman la presencia de fuerzas árabes entre la policía antidisturbios y entre las fuerzas montadas en motocicletas. Se especula que pueden haber sido traídos a Irán desde Siria, Irak y Líbano. Algunos dicen que también había palestinos.
“Las fuentes sugieren que estas fuerzas fueron traídas al país por el gobierno desde las fronteras de Irán e Irak durante el Arbaeen. Han entrado en Irán con los convoyes de peregrinos iraníes”.
Arbaeen es una peregrinación anual que realizan los musulmanes chiíes para conmemorar el martirio del imán Hussein en la batalla de Karbala, en Irak. Cada año, grandes convoyes de peregrinos iraníes se dirigen a Karbala, en el sur de Irak, como parte de esta celebración.
Algunos opositores iraníes sospechan que milicianos árabes favorables al régimen pueden haber entrado en el país acompañando a estos convoyes. Una cuenta en línea afirma haber identificado vuelos a Nayaf, en Irak, procedentes de Siria y Líbano que traían a los milicianos.
Las acusaciones sobre la presencia árabe entre las fuerzas de seguridad son más concretas y específicas. Según una cuenta de Twitter en lengua farsi con sede en Sanandaj: “Esta noche, los agentes que he visto no eran en absoluto iraníes, lo juro, no eran iraníes, hablaban árabe en Qazvin, en la calle Sabze-meydan, estaban de pie y tenían armas en las manos. Que Dios los maldiga”.
Ali Zahedi, otro iraní con cuenta de Twitter en farsi, escribió: “Las fuerzas de represión hablaban en árabe. Venían de Irak y Líbano. Uno de ellos se quedó atrás de los demás… La gente fue hacia él… Gritó en árabe al resto de las fuerzas para pedir ayuda. Los que van en las motos, todos los que están callados y no hablan, son los libaneses”.
“Tired Phantom”, una cuenta popular y anónima pro-oposición iraní, mientras tanto, aconsejó a los iraníes que no se preocuparan demasiado por los milicianos árabes pro-iraníes, que la cuenta sugería que tenían sus propios problemas: “No os preocupéis por Hashd al-Wahshi [la ‘movilización de las bestias salvajes’ -un juego de palabras con el nombre de las milicias chiíes iraquíes-, la Movilización Popular] y el Hezbolá libanés”, sugirió Tired Phantom. “Están bajo el bombardeo israelí en Siria y Líbano. Su situación en Irak también es precaria”.
Otras fuentes procedentes del Kurdistán iraní dijeron a este autor que las conversaciones con sus familiares confirmaban la presencia de hablantes de árabe entre las fuerzas que reprimen las protestas.
Irán utiliza a sus aliados árabes para reprimir las protestas
El uso por parte de las autoridades iraníes de sus leales aliados árabes para reprimir las protestas está en consonancia con el patrón de comportamiento más amplio del régimen iraní. Teherán mueve rutinariamente sus diversos activos regionales a través de su área de dominio, en función de dónde puedan ser útiles. Así, se ha confirmado que los operativos libaneses de Hezbolá están activos en Yemen e Irak. Los combatientes chiítas afganos forman una parte importante del esfuerzo bélico de Teherán en Siria, y así sucesivamente. Ahora parece que el régimen está haciendo uso de sus cohortes más leales para aplastar el último desafío a su autoridad, en el propio Irán.
Al mismo tiempo, Teherán también está tratando de presentar a los manifestantes como representantes de intereses extranjeros o étnicos separatistas. Mahsa Amini procedía de la provincia iraní del Kurdistán, y las protestas han sido más intensas en esta zona. Teherán intenta atribuir a las protestas motivaciones nacionalistas kurdas, en un aparente esfuerzo por dividir y gobernar.