Teherán reafirmó que no negociará su infraestructura nuclear, mantendrá sus reservas de uranio y excluye su programa de misiles de cualquier acuerdo.
Irán rechaza cambios en su infraestructura nuclear y reservas
Teherán reafirmó su negativa a desmantelar sus centrifugadoras de enriquecimiento de uranio ni a disminuir su reserva de material enriquecido. Un funcionario iraní confirmó a Reuters que estas decisiones siguen las “líneas rojas” establecidas por el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, y que no están sujetas a negociación.
Durante conversaciones indirectas en Mascate, mediadas por Omán, Irán y Estados Unidos intercambiaron posturas sin alcanzar acuerdos. Irán reiteró que su programa de misiles balísticos no será incluido en ninguna negociación con Washington.
Un alto funcionario iraní explicó que Estados Unidos no exige el cese total de las actividades nucleares, lo que podría permitir un punto de partida para nuevas negociaciones. Sin embargo, la posición expresada por el enviado estadounidense Steve Witkoff en redes sociales contradice esa idea al exigir el fin del enriquecimiento.
Irán manifestó que podría aceptar un acuerdo si Estados Unidos demuestra “seriedad” y abandona exigencias “poco realistas”, pese a las diferencias actuales entre ambas partes.
Avances técnicos iraníes elevan preocupación internacional
La Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA ) informó el 26 de febrero de 2025 que Irán acumuló 274.8 kilogramos de uranio enriquecido al 60%, tras aumentar sus reservas en 92.5 kilogramos desde el informe anterior. Este nivel está cerca del umbral del 90% necesario para fabricar armas nucleares.
El mismo informe reveló que Irán expandió su infraestructura en las plantas de Natanz y Fordow, donde instaló nuevas centrifugadoras avanzadas. En Fordow, actualmente operan ocho cascadas adicionales de IR-6, aunque todavía no han comenzado a enriquecer uranio.
Detalles técnicos clave sobre el programa nuclear iraní
- Irán acumula 274.8 kg de uranio enriquecido al 60%, según la OIEA.
- La capacidad operativa de enriquecimiento alcanzó 43,800 SWU por año.
- El JCPOA permitía solo 6,104 centrifugadoras IR-1 y 300 kg de uranio al 3.67%.
- Fordow y Natanz albergan modelos IR-1, IR-2m, IR-4 e IR-6.
- En 2023, la OIEA estimó que Irán podría producir uranio al 90% en menos de una semana.
La capacidad instalada de Irán en febrero de 2025 alcanzó aproximadamente 58,800 SWU por año, aunque su operatividad real fue menor. Esto representa una expansión considerable respecto a las limitaciones establecidas por el JCPOA.
En la planta de Natanz operan 36 cascadas de IR-1 y 14 cascadas de modelos más avanzados. En Fordow se utilizan seis de IR-1 y dos de IR-6. Además, unas 9,000 centrifugadoras IR-1 están almacenadas en reserva en Natanz, mientras se prueban nuevos modelos en una planta piloto.
Según Iran Watch, estas máquinas modernas permiten enriquecer más uranio con menos equipos, acortando el tiempo necesario para alcanzar niveles aptos para armas, lo que incrementa el potencial de “breakout time”.
Restricciones a la supervisión complican monitoreo de la OIEA
La OIEA ha alertado sobre la reducción de cooperación por parte de Irán. Desde 2021, Teherán restringió el acceso de inspectores internacionales y desinstaló equipos de monitoreo, como cámaras en talleres de centrifugadoras.
En septiembre de 2024, Irán vetó a varios inspectores experimentados, lo que la OIEA calificó como un “acto político inapropiado”. Esta decisión ha limitado significativamente la capacidad de verificación de la agencia.
Un informe de la OIEA del 19 de noviembre de 2024 indica que, desde junio de 2022, la ausencia de registros ha causado una “pérdida de continuidad” en la supervisión de centrifugadoras, agua pesada y uranio concentrado.
Esta opacidad alimenta preocupaciones sobre posibles desvíos de materiales a instalaciones secretas, como sucedió en 2002 con las plantas no declaradas de Natanz y Arak.
Factores geopolíticos aumentan tensión en torno al programa nuclear
Las tensiones se intensificaron tras la salida de Estados Unidos del JCPOA en 2018 y la reinstauración de sanciones. Como respuesta, Irán aceleró su programa nuclear desde entonces, enriqueciendo uranio hasta casi el 84% en 2023, según The Iran Primer.
El asesinato del científico Mohsen Fakhrizadeh en 2020 impulsó aún más el desarrollo nuclear. Paralelamente, los conflictos con Israel, incluidos ataques cruzados con misiles y drones en 2024, alimentaron el debate interno sobre el desarrollo de un arma como mecanismo de disuasión.
Irán insiste en que su programa tiene fines pacíficos. Sin embargo, un informe de inteligencia de EE. UU. de diciembre de 2024 reconoció que el país realiza actividades que podrían facilitar la producción de un arma si opta por ello.
Documentos obtenidos por Israel en 2018 demostraron que Irán ya había dominado la mayoría de las tecnologías necesarias para fabricar un arma nuclear simple antes de 2003.
Perspectivas diplomáticas enfrentan barreras técnicas y políticas
Las recientes conversaciones en Omán intentan retomar el diálogo tras la ruptura durante la presidencia de Joe Biden. Sin embargo, las posturas opuestas entre Irán y Estados Unidos complican un posible consenso.
Estados Unidos propuso trasladar el uranio enriquecido iraní a un tercer país, como Rusia. Irán rechazó esta medida, alegando que una administración futura podría abandonar el acuerdo nuevamente, como ocurrió en 2018.
Irán exige que cualquier stock se mantenga dentro del país bajo supervisión estricta de la OIEA, condición que sigue siendo un punto de fricción central.
La siguiente ronda de negociaciones será el 19 de abril de 2025 en Roma. Omán continuará como mediador e Italia actuará como anfitrión, en un intento de diversificar la representación europea más allá de Francia, Alemania y Reino Unido.