Teherán descartó cualquier negociación bajo presión luego de que el presidente estadounidense Donald Trump eliminara una exención de sanciones que permitía a Irak adquirir electricidad de su vecino.
El domingo, la misión iraní ante las Naciones Unidas sugirió la posibilidad de abordar preocupaciones de Washington sobre la supuesta militarización de su programa nuclear, sin aceptar su desmantelamiento total.
El lunes, el principal diplomático iraní descartó cualquier conversación al respecto. Aseguró que el programa nuclear de Irán es exclusivamente pacífico y rechazó la existencia de una posible militarización.
“No aceptaremos presiones ni amenazas para entablar negociaciones, sin importar el tema”, afirmó el ministro de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, a través de la plataforma X.
Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Trump retomó su política de “máxima presión” sobre Irán, reinstaurando sanciones severas que afectan especialmente a su industria petrolera.

“Estamos en consultas con el E3 y, por separado, con Rusia y China en igualdad de condiciones y con respeto mutuo”, explicó Araghchi. “El propósito es generar confianza y transparencia en nuestro programa nuclear a cambio del levantamiento de sanciones ilegales”.
El Departamento de Estado estadounidense justificó la medida asegurando que busca impedir cualquier alivio económico o financiero para Irán.
Un tercio del gas y la electricidad de Irak proviene de Irán, representando una fuente importante de ingresos para Teherán.
Postura inflexible
El domingo, la misión de Irán ante la ONU adoptó un tono más conciliador al sugerir que ciertas preocupaciones podrían ser discutidas.
“Si las conversaciones buscan abordar inquietudes sobre una posible militarización del programa nuclear, podrían ser consideradas”, declaró en un comunicado.

“No obstante, si el objetivo es el desmantelamiento del programa nuclear pacífico de Irán para demostrar que lo que (el expresidente Barack) Obama no logró ya se ha alcanzado, esas negociaciones no ocurrirán”, afirmó.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, insistió en que su país no aceptará intimidaciones para sentarse a negociar.
El viernes, Araghchi reiteró que Irán no cederá ante la presión estadounidense.
La exención para Irak fue establecida en 2018, cuando Washington reimpuso sanciones a Teherán tras la salida de Trump del acuerdo nuclear alcanzado bajo la administración de Obama.
Un portavoz de la embajada estadounidense en Bagdad instó al gobierno iraquí a reducir su dependencia energética de Irán lo antes posible.
“La estrategia de máxima presión del presidente busca eliminar la amenaza nuclear de Irán, restringir su programa de misiles balísticos y frenar su apoyo a grupos terroristas”, declaró el vocero.
Impacto en Irak
El acuerdo nuclear de 2015, negociado con la mediación de Obama, contemplaba el alivio de sanciones a cambio de que Irán limitara su programa atómico.
Irán, que niega desarrollar armas nucleares, inicialmente cumplió con el Plan de Acción Integral Conjunto tras la salida de Trump del pacto. Sin embargo, luego abandonó algunos compromisos y aumentó su enriquecimiento de uranio.
El organismo de control nuclear de la ONU y analistas occidentales alertan que Irán ha alcanzado niveles de enriquecimiento de uranio compatibles con la fabricación de armas.
Funcionarios estadounidenses estiman que, si Irán decidiera producir una bomba nuclear, podría hacerlo en cuestión de semanas.
Consecuencias energéticas
Trump abandonó el acuerdo nuclear pese a la oposición de sus aliados europeos e impuso sanciones a cualquier país que adquiera petróleo iraní. Sin embargo, extendió la exención a Irak debido a su papel como socio clave de Washington.
Pese a sus abundantes reservas de petróleo y gas, Irak sigue dependiendo de la energía iraní. No obstante, el gobierno iraquí afirmó estar preparado para afrontar cualquier escenario tras la cancelación de la exención.
El fin de la exención podría agravar la crisis energética que afecta a 46 millones de iraquíes, impactando su vida cotidiana.
Yesar Al-Maleki, analista del Middle East Economic Survey, advirtió que Irak enfrentará dificultades para garantizar el suministro eléctrico, especialmente durante el verano.
Para mitigar el impacto, el país baraja opciones como aumentar las importaciones de electricidad desde Turquía.