El misil “358” se convierte en una amenaza que desafía la superioridad aérea de Israel y altera el equilibrio de poder en la región.
Irán ha entregado recientemente a sus aliados en la región el sofisticado misil antiaéreo SA-67, conocido como Saqr (Halcón) en Yemen. Este poderoso misil, equipado con ojivas electroópticas, ha demostrado su eficacia en manos de los hutíes en Yemen y Hezbolá en Líbano. Según Yair Ramati y Yaakov Lappin, este sistema propulsado a reacción derribó con éxito un MQ-9 Reaper estadounidense sobre Yemen el 8 de noviembre, revelando su capacidad para enfrentar a vehículos aéreos no tripulados (UAV).
A pesar de los esfuerzos previos para interceptar envíos ilegales de estos misiles a Yemen, los aliados respaldados por Irán continúan fortaleciendo sus capacidades de defensa aérea, lo que plantea un desafío significativo para la región y potencialmente altera el equilibrio de poder. La implementación del misil 358 supone un reto para las fuerzas contrarias, afectando especialmente las capacidades de proyección de poder de Occidente, que dependen en gran medida de UAV de media altitud y larga resistencia (MALE).
Israel, que ha presumido de una superioridad aérea respaldada por inteligencia avanzada y municiones de precisión, ahora enfrenta un panorama en constante cambio a medida que Irán expande sus mejoras en defensa aérea a grupos como Hezbolá y los hutíes. Los esfuerzos iraníes incluyen el suministro de sistemas antiaéreos avanzados, MANPADS y los sigilosos misiles interceptores 358, capaces de derribar helicópteros, aviones ligeros y UAV de altitud media.
Hezbolá, con el respaldo sustancial de Irán, ha realizado avances notables en el fortalecimiento de sus sistemas de defensa antiaérea, incluyendo la adquisición de MANPADS, interceptores 358 guiados por electro-óptica y sistemas de radar no revelados. Se presume que estas mejoras tienen un doble propósito: contrarrestar las amenazas aéreas y establecer una estrategia de Anti-Acceso/Denegación de Área (A2/AD) en el Líbano.
La eficacia de estas capacidades de defensa aérea ha quedado demostrada en conflictos anteriores, especialmente en Yemen, donde han derribado aviones y UAV saudíes, incluyendo un posible derribo de un UAV saudí de fabricación china en 2020. Los intentos de Hezbolá de atacar UAV militares israelíes con los misiles electroópticos 358 han llevado a enfrentamientos en los que Israel ha empleado sus sistemas de defensa aérea, como los interceptores Cúpula de Hierro, para proteger sus activos.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han reportado múltiples interceptaciones de misiles tierra-aire desde el Líbano, posiblemente los misiles 358, dirigidos contra UAV israelíes y potencialmente helicópteros. Estos incidentes resaltan una amenaza en evolución que exige una adaptación en las estrategias de defensa de Israel, reconociendo la implementación de una estrategia A2/AD por parte de Hezbolá. Los avances en defensa aérea de Hezbolá marcan el comienzo de una estrategia de Anti-Acceso/Denegación de Área, lo que representa un desafío importante para la superioridad aérea de Israel.
El misil “358” es un arma superficie-aire desarrollada por Irán, en su mayoría capturada en incautaciones de envíos ilegales de armas a los hutíes, en violación de las sanciones de la Resolución 2216 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Este misil utiliza componentes comercialmente disponibles y se ha adquirido a través de empresas ficticias. Su motor principal es una turbina de gas Titan AMT de AMT Netherlands, mientras que se identifica un módulo de sensor inercial MTi-100 de Xsense Technologies. El misil utiliza un fusible óptico de proximidad y cuenta con una etapa propulsora de combustible sólido para el lanzamiento, lo que le permite mantener un rendimiento subsónico de gran alcance y resistencia en vuelo. Se sospecha que el misil seguirá un patrón de vuelo simple para identificar y atacar objetivos de oportunidad.