Irán ha aumentado sus reservas de uranio enriquecido al 60% a 25 kilogramos (55 libras), según informaron los medios de comunicación estatales el viernes, lo que podría añadir complicaciones a los esfuerzos para revivir el acuerdo nuclear de 2015 de Teherán con las potencias mundiales.
Las negociaciones deben reanudarse el 29 de noviembre en Viena. Pero las potencias occidentales han dicho que el enriquecimiento acelerado de uranio por parte de Irán, que se acerca al grado de armamento, violando los límites establecidos por el pacto después de que Washington, bajo el mando del entonces presidente Donald Trump, se retirara del mismo en 2018, está reduciendo las posibilidades de salvarlo.
“Hasta ahora hemos producido 25 kilogramos de uranio al 60%, que, salvo los países con armas nucleares, ningún otro país es capaz de producir”, dijeron los medios iraníes citando a Behrouz Kamalvandi, portavoz de la Organización de Energía Atómica de Irán.
En el pasado, Irán ha negado que busque armas nucleares, afirmando que solo refina uranio para usos energéticos civiles, y ha dicho que sus incumplimientos son reversibles si Estados Unidos levanta las sanciones y se reincorpora al acuerdo.
En abril, el organismo de control nuclear de la ONU afirmó que Teherán había iniciado el proceso de enriquecimiento de uranio hasta alcanzar un 60% de pureza fisionable en una planta nuclear situada en la superficie de Natanz, confirmando así las declaraciones anteriores de funcionarios iraníes.
Irán dijo en junio que había fabricado 6,5 kg de uranio enriquecido hasta el 60%.
El acuerdo nuclear limita la pureza a la que Teherán puede refinar el uranio al 3,67%, el nivel adecuado para la mayor parte de la energía nuclear civil, muy por debajo del 20% logrado antes del acuerdo de 2015 y muy por debajo del 90% adecuado para un arma nuclear.
El gobierno del presidente estadounidense Joe Biden dice que quiere volver al acuerdo, pero no está de acuerdo con Irán sobre qué pasos hay que dar y cuándo, siendo las cuestiones clave los límites nucleares que aceptará Teherán y las sanciones que eliminará Washington.
Funcionarios y analistas occidentales creen que la intensificación del enriquecimiento por parte de Teherán, aunque no tiene prisa por volver a las conversaciones que se aplazaron en junio cuando fue elegido presidente un antioccidental de línea dura, tiene como objetivo ganar influencia para obtener más concesiones cuando se reanuden las negociaciones.
El gobierno de Biden dijo el 31 de octubre que no estaba claro si Irán estaba dispuesto a reincorporarse a las conversaciones “de forma significativa”.