Mientras tanto Moscú como Teherán luchan contra las sanciones occidentales, un alto funcionario iraní anunció el lunes que Irán y Rusia habían integrado sus sistemas de comunicación y transferencia interbancaria para ayudar a mejorar el comercio y las operaciones financieras.
La República Islámica ha estado aislada del servicio de mensajería financiera SWIFT con sede en Bélgica, un punto de acceso bancario internacional crucial, desde que Estados Unidos reimpuso sanciones a Irán en 2018 después de que Washington abandonara el acuerdo nuclear de 2015 de Teherán con las potencias mundiales.
Desde la invasión de Ucrania por Moscú el año pasado, algunos bancos rusos han sido objeto de restricciones similares.
Según Mohsen Karimi, vicegobernador del banco central de Irán, “los bancos iraníes ya no necesitan usar SWIFT… con los bancos rusos, que puede ser para la apertura de cartas de crédito y transferencias o garantías”.
A pesar de que el banco central ruso no hizo comentarios sobre el acuerdo alcanzado el domingo, Karimi declaró que “aproximadamente 700 bancos rusos y 106 instituciones no rusas de 13 países diferentes estarán conectados a este sistema”, sin entrar en más detalles sobre los nombres de los bancos extranjeros.
Mohammad Farzin, director del Banco Central iraní, elogió la medida. En un tuit, afirmó que “se está reparando la conexión financiera entre Irán y el mundo”.
Relaciones duales
Desde el inicio del conflicto en Ucrania, Teherán y Moscú han tomado medidas para reforzar sus lazos bilaterales, al tiempo que ambas ciudades se esfuerzan por establecer nuevas alianzas diplomáticas y económicas en el extranjero.
Muchos iraníes padecen una inflación galopante y un desempleo galopante debido a la creciente desdicha económica de su país, resultado en gran medida de las sanciones impuestas por Estados Unidos a causa de las controvertidas actividades nucleares de Teherán.
Más del 50% de inflación es el mayor nivel en décadas. El Centro de Estadística de Irán afirma que el desempleo juvenil sigue siendo elevado y que más del 50% de los iraníes viven por debajo del umbral de la pobreza.
Las autoridades iraníes temen que el aislamiento económico y la falta de crecimiento económico provoquen más disturbios, ya que se enfrentan a su peor crisis de legitimidad durante meses de concentraciones antigubernamentales que se iniciaron con el asesinato de una joven mientras estaba detenida.
La institución tiene “una crisis tangible de bienestar y subsistencia”, según el Líder Supremo iraní, Alí Jamenei, que habló el lunes. Este problema no podría resolverse sin crecimiento económico.
“En el mundo moderno, la posición de una nación está estrechamente ligada a su nivel de fortaleza económica… Para mantener nuestra posición en la región y en todo el mundo, necesitamos el crecimiento económico”, en un discurso transmitido, Jamenei declaró.