TEHERÁN, Irán – El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, dijo el martes al presidente turco de visita, Recep Tayyip Erdogan, que cualquier ofensiva de Ankara en el norte de Siria sería “perjudicial” para la región.
Su declaración se produjo poco antes de que el presidente ultraconservador de Irán, Ebrahim Raisi, reciba a sus homólogos ruso y turco para mantener conversaciones sobre el conflicto sirio.
Erdogan ha amenazado repetidamente con lanzar una ofensiva militar en el norte de Siria para crear una “zona segura” que haga retroceder a los militantes kurdos 30 kilómetros de la frontera turca.
El martes, Jamenei le dijo que “esto es definitivamente perjudicial para Siria, Turquía y la región y no cumplirá con la acción política esperada por el gobierno sirio”.
“Hay que oponerse al terrorismo, pero un ataque militar en Siria también beneficiará a los terroristas”, dijo Jamenei según su sitio web oficial.
El líder iraní pidió que la cuestión se resuelva mediante el diálogo entre Ankara, Damasco, Moscú y Teherán.
Jamenei, que tiene la última palabra en las principales políticas de Estado, también dijo a Erdogan que Irán ofrecería cooperación “en la lucha contra el terrorismo”.
Erdogan llegó a Teherán el lunes por la noche, y se espera que el presidente ruso Vladimir Putin también aterrice en la capital iraní más tarde para la reunión trilateral del martes.
Rusia, Turquía e Irán se han reunido en los últimos años para hablar de Siria en el marco del “proceso de paz de Astana” para poner fin a más de 11 años de conflicto en el país árabe.
Los tres están implicados en Siria, con Rusia e Irán apoyando al régimen de Damasco contra sus opositores, y Turquía respaldando a los rebeldes.
Turquía ha lanzado oleadas de ataques contra Siria desde 2016, dirigidos a las milicias kurdas, así como a los yihadistas del grupo Estado Islámico y a las fuerzas leales al presidente sirio Bashar al Assad.
La ofensiva militar planeada por Erdogan tendría como objetivo a los combatientes kurdos considerados por Ankara como “terroristas”.
Entre ellos se encuentran las Unidades de Protección Popular kurdas (YPG), respaldadas por Estados Unidos, que formaron parte crucial de una coalición internacional contra los yihadistas del Estado Islámico (ISIS) en Siria.
Ankara teme que una fuerte presencia kurda a lo largo de su frontera con Siria envalentone al prohibido Partido de los Trabajadores del Kurdistán, que desde hace décadas libra una insurgencia contra el Estado turco que se ha cobrado decenas de miles de vidas.
El gobierno sirio ha condenado repetidamente las amenazas turcas de realizar una nueva incursión.