El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, ha ordenado que se sigan investigando los actos de violencia mortales en el sureste del país, así como que se indemnice a las víctimas, según ha declarado un funcionario enviado a la región.
Los disturbios en Zahedan, capital de la empobrecida provincia de Sistán-Baluchistán, fronteriza con Pakistán, estallaron el 30 de septiembre y, según las autoridades, entre las decenas de muertos hay seis miembros de las fuerzas de seguridad.
Las víctimas se produjeron en el marco de los disturbios que se produjeron en todo el país tras la muerte, el 16 de septiembre, de Mahsa Amini, de 22 años, tras ser detenida por la policía de la moralidad en Teherán por violar supuestamente el estricto código de vestimenta iraní para las mujeres.
Una delegación de Jamenei visitó la región del sureste durante el fin de semana para expresar su tristeza y prometer soluciones, informaron los medios oficiales.
“La petición del líder supremo es que se actúe sobre la base de los hechos, de las investigaciones supervisadas por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional”, el máximo órgano de seguridad del país, dijo a última hora del domingo Mohammad-Javad Haj Ali Akbari, portavoz de la delegación.
Fue citado por la agencia estatal de noticias IRNA.
A finales de octubre, el consejo de seguridad de Sistán-Baluchistán dijo que había concluido una investigación en la que se constató la “negligencia” de los agentes y la muerte de civiles “inocentes” durante los disturbios.
El consejo anunció la destitución del jefe de policía de Zahedan, así como del jefe de una comisaría, tras la investigación ordenada por el presidente Ebrahim Raisi.
Durante su visita, Akbari dijo que Jamenei ordenó que se indemnizara a los muertos y heridos.
Algunas personalidades locales afirmaron que las protestas en Zahedan se desencadenaron por la ira ante la supuesta violación de una adolescente por parte de un agente de policía.
Los activistas que viven en el extranjero acusaron a las fuerzas de seguridad de disparar contra los manifestantes.
Zahedan es una de las pocas ciudades de mayoría suní en un Irán predominantemente chií.
Akbari dijo anteriormente que la delegación estaba allí para “informar sobre las medidas decididas (por Jamenei) para resolver estos problemas”, según IRNA.
Akbari también se refirió a un “plan especial” de Jamenei para beneficiar a la población de la provincia, pero IRNA no dio más detalles sobre dichas medidas.
La visita a Sistán-Baluchistán se produjo antes de que la Unión Europea decidiera el lunes sancionar a otros 29 funcionarios iraníes, incluido el ministro del Interior, por la represión de las protestas por la muerte de Amini.