El gobierno de Japón dijo el viernes que ha decidido no unirse a una coalición de Estados Unidos para proteger a los buques comerciales en el Oriente Medio, pero se está preparando para enviar su propia fuerza para garantizar el envío seguro de petróleo a Japón.
El secretario jefe del gabinete, Yoshihide Suga, dijo que Japón seguirá cooperando estrechamente con Washington aunque no se sume a la iniciativa que, según Estados Unidos, tiene por objeto proteger a los petroleros comerciales de los presuntos ataques iraníes.
“La paz y la estabilidad en Oriente Medio son extremadamente importantes para la sociedad internacional, incluido Japón”, dijo Suga en una conferencia de prensa. “Después de estudiar ampliamente qué medidas pueden ser más eficaces, hemos decidido adoptar nuestras propias medidas por separado”.
Las necesidades energéticas de Japón dependen en gran medida de las importaciones de petróleo. Ha mantenido lazos de amistad con Irán y se muestra reacia a unirse a esa fuerza.
El primer ministro japonés Shinzo Abe ha intentado ayudar a aliviar la tensión entre Washington y Teherán.
Las relaciones entre Estados Unidos e Irán se han deteriorado desde que el presidente Donald Trump se retiró el año pasado del acuerdo nuclear de 2015 entre Irán y las potencias mundiales y volvió a imponer sanciones que deterioraron la economía iraní. Desde entonces, Irán ha comenzado a romper los términos del acuerdo.
Las tensiones han incluido la incautación de petroleros en el mar.
Suga dijo que Japón planea desplegar inicialmente buques de guerra con fines de recopilación de información en el Golfo de Omán, el Mar Arábigo del Norte y aguas cercanas, pero no incluyó el Estrecho de Ormuz en el centro de la tensión entre Estados Unidos e Irán. Se espera que las naves de guerra estén listas para ser despachadas.
El envío de buques de guerra a zonas de tensión militar es una cuestión muy delicada en Japón, donde su constitución pacifista de posguerra limita estrictamente el uso de la fuerza a la autodefensa del país. Sin embargo, el Primer Ministro Shinzo Abe ha ampliado gradualmente el papel militar de Japón.
En junio, un petrolero operado por japoneses fue atacado en el Golfo de Omán, del que Washington dijo que Irán era responsable e instó a Japón a unirse a la iniciativa militar liderada por Estados Unidos.