El líder del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán arremetió recientemente contra Israel, diciendo: “Los sionistas no tienen ningún refugio seguro en la Palestina ocupada y todas las porciones del territorio están al alcance de las armas de las fuerzas de resistencia palestinas”.
El general Hossein Salami dijo: “Cuando se añade el movimiento de resistencia libanés Hezbolá a la mezcla, se obtiene el despliegue de cientos de miles de misiles que apuntan al régimen sionista”.
Sin aportar ninguna prueba, Salami afirmó que muchos israelíes están abandonando el país porque “los sionistas no son de los que se mantienen firmes y luchan” ante esa oposición.
La destrucción de Israel es un tema común en la retórica de Salami. En junio declaró que el colapso de la autoridad y las nuevas elecciones habían puesto a la nación de rodillas.
Los adversarios de Irán son “impotentes, ineptos e inútiles para lograr sus ambiciones”, dijo entonces.
La organización terrorista palestina Yihad Islámica, que luchó contra Israel en la Franja de Gaza a principios de este mes, recibe financiación directa de Irán. Tras el combate de tres días, el Líder Supremo de Irán felicitó a la PIJ, informando a su líder de que los palestinos habían demostrado que podían “destruir al enemigo”.
Hassan Nasrallah, líder del grupo terrorista Hezbolá, respaldado por Irán, amenazó el viernes con una “escalada” con Israel si no se cumplían las exigencias libanesas durante las discusiones sobre la frontera marítima.
El medio de comunicación libanés Naharnet cita al líder de Hezbolá diciendo: “Si no se le da al Estado libanés lo que quiere, nos dirigiremos a una escalada”. Tanto si se alcanza un acuerdo nuclear como si no, “nos dirigiremos a la calma” si el mediador estadounidense viene y da al Estado libanés lo que quiere.
Recientemente, el líder de Hezbolá ha proferido una serie de amenazas hacia Israel, y esto se produce en un momento en que Estados Unidos ha intensificado sus esfuerzos para resolver la disputa fronteriza marítima entre Jerusalén y Beirut, que se prolonga desde hace más de una década. Jerusalén y Beirut están oficialmente en guerra desde la creación del Estado judío en 1948.