La serie de reuniones celebradas esta semana en Irán entre los presidentes de Irán, Turquía y Rusia son de gran importancia para la región. Se celebraron en el marco del Proceso de Astana relativo a Siria, pero esta reunión tuvo lugar en un momento único. Rusia está en guerra con Ucrania y Turquía exige una nueva invasión de Siria. Mientras tanto, Irán quiere que Estados Unidos abandone Siria, para poder utilizarla para amenazar a Israel.
La visita del presidente ruso Vladimir Putin fue seguida de cerca por los medios de comunicación locales. Dado que Rusia se encuentra en plena guerra en Ucrania, no era necesario que Putin asistiera a estas reuniones. El hecho de que eligiera ir demuestra lo mucho que valora a Irán, así como a Turquía.
Putin parecía apresurado en sus reuniones. Aparece en un vídeo paseando, esperando al presidente turco Recep Tayyip Erdogan. No está claro si el retraso de Erdogan en la reunión fue intencionado, pero parece ser una señal de que Turquía tiene ahora más cartas que Rusia.
Este cambio de poder supone una gran diferencia con respecto a hace varios años. Entonces era Turquía la que compraba el sistema S-400 a Rusia cuando Ankara estaba cada vez más aislada. Pero Moscú también necesitaba a Ankara en Siria para desestabilizar el papel de Estados Unidos allí. Rusia hizo un trato del diablo con Turquía, permitiéndole invadir Afrin en 2018, con la esperanza de debilitar la relación entre las YPG kurdas y las fuerzas estadounidenses. El YPG, una parte clave de las Fuerzas Democráticas Sirias respaldadas por Estados Unidos en el este de Siria, dirigía Afrin antes de 2018.
Mientras tanto, Turquía acude a las reuniones de Teherán no solo exigiendo una nueva invasión de Siria, sino también tomando a la OTAN como rehén al amenazar con congelar el ascenso de Finlandia y Suecia. Rusia lo sabe y quiere seguir utilizando a Turquía contra la alianza defensiva, y que tal vez tenga que darle algo a cambio. Los medios de comunicación turcos destacaron que el régimen aún puede frustrar los intentos de Finlandia y Suecia de ingresar en la OTAN. También destacaron que Irán calificó a Estados Unidos de factor “desestabilizador” en Siria.
Merece la pena entender cómo el partido gobernante de Turquía parece coordinarse con Irán en los mensajes sobre Siria. En la séptima cumbre del Proceso de Astaná, Teherán afirmó que está comprometido con una solución política y diplomática a la crisis siria. El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, dijo que la única solución a la crisis es “una solución política sin injerencia extranjera”. La palabra “injerencia” se refiere al papel de Estados Unidos.
Irán quiere hacer hincapié en la “necesidad de mantener la integridad territorial y la cohesión [y] el respeto a la soberanía nacional y la independencia de Siria, determinando el destino del país a través de diálogos sirio-sirios, y sin injerencias extranjeras”. La referencia a la “integridad territorial” es también ahora un punto de discusión del gobernante de Ankara. Turquía afirma que el respaldo de Estados Unidos a las FDS amenaza la “integridad territorial” de Siria, a pesar de que Turquía es quien ha ocupado ilegalmente Afrin y partes de Siria y ha respaldado a grupos extremistas en esas zonas.
La declaración de los países señala que también rechazan “todos los intentos de crear nuevas realidades sobre el terreno con el pretexto de combatir el terrorismo, incluidas las iniciativas ilegítimas de autogobierno”, y expresan la intención de “oponerse a las agendas separatistas.” Este es también un mensaje contra el papel de Estados Unidos en Siria.
El ministro de Asuntos Exteriores sirio se suma
El ministro de Asuntos Exteriores sirio también acudió a Irán para las reuniones, y Siria dijo que cortaría los lazos con Ucrania, habiendo reconocido ya dos estados separatistas en el este de Ucrania. Rusia apoya irónicamente la “integridad territorial” de Siria mientras crea regiones separatistas en Ucrania, y Damasco respalda esas regiones para mostrar su apoyo a Moscú.
La agencia iraní Fars News sugirió, junto con los medios de comunicación qataríes, que Putin pretendía “cambiar las reglas” en estas reuniones en Irán. De este modo, Rusia está alcanzando un nuevo nivel estratégico en sus relaciones con la República Islámica. Esto incluye un acuerdo multimillonario con la empresa rusa Gazprom, y también posibles adquisiciones de aviones no tripulados. De este modo, Moscú ha ganado vínculos estratégicos y una forma de eludir potencialmente las sanciones.
Para Irán, esta fue una visita de gran prestigio. El líder supremo, el ayatolá Jamenei, pudo recibir a los líderes de Rusia y Turquía en reuniones individuales. Irán se presenta como un país que mantiene la corte en la región, justo una semana después de que el presidente estadounidense Joe Biden estuviera en Israel y Arabia Saudita.
Una consecuencia no deseada de la invasión rusa de Ucrania es que ahora ha puesto al mundo en un nuevo rumbo. Los medios de comunicación iraníes han empezado a hablar de un “nuevo orden mundial” en el que se debilita la hegemonía de Estados Unidos. El medio ruso TASS también destaca el debilitamiento de Occidente y el mundo “multipolar” en el que cree que estamos entrando. Esto significa que los medios de comunicación iraníes y rusos tienen la misma visión narrativa de las reuniones. Este nivel de disciplina de mensajes entre Moscú, Teherán y Ankara es inusual. Puede que hayan compartido algunos intereses en el pasado, pero hoy sus intereses parecen coincidir en un grado sin precedentes.