El comandante de la Fuerza Quds de Irán, Esmail Qaani, realizó una visita a Bagdad el mes pasado, en un esfuerzo por convencer a los grupos alineados con Teherán de cesar los ataques contra las fuerzas estadounidenses.
Según varias fuentes iraníes e iraquíes consultadas por Reuters, este movimiento sugiere un intento de Irán por evitar una escalada de conflictos. Durante un encuentro en el aeropuerto de Bagdad el 29 de enero, Qaani se reunió con representantes de varios grupos islamistas, instándolos a detener sus acciones ofensivas, menos de dos días después de que Washington atribuyera a estos grupos la muerte de tres soldados estadounidenses en Jordania.
Las advertencias de Qaani destacaron las posibles represalias de Estados Unidos, que podrían incluir ataques a líderes de estos grupos, destrucción de infraestructura vital o represalias directas contra Irán. La mayoría de los grupos accedió a la solicitud de Qaani, y Kataib Hezbolá anunció la suspensión de los ataques al día siguiente. Sin embargo, el grupo islamista Nujaba, uno de los más activos, decidió continuar con sus operaciones, sosteniendo que la retirada de las fuerzas estadounidenses solo se lograría por la fuerza.
Desde el 4 de febrero, se ha observado una pausa en los ataques contra las fuerzas de EE.UU. en Irak y Siria, contrastando con los más de 20 incidentes registrados en las dos semanas previas a la intervención de Qaani. Esta reducción en la violencia se produce en medio de un incremento de tensiones debido a la guerra de Israel en Gaza.
Un alto mando de los grupos islamistas alineados con Irán reconoció la importancia de la intervención de Qaani para persuadir a Kataib Hezbolá de detener sus acciones militares y reducir las tensiones. La visita de Qaani al aeropuerto, lugar donde no se desplazó por temores a un posible atentado similar al que acabó con la vida de su predecesor Qassem Soleimani, fue señalada por una fuente de seguridad iraquí como una medida cautelar basada en las lecciones aprendidas del pasado.