Fuentes israelíes indicaron que los ataques lanzados por Israel y Estados Unidos en junio impidieron el desarrollo de dos tipos de ojivas nucleares iraníes y un arma de pulso electromagnético (EMP). Según el Washington Post, esta arma habría tenido capacidad para interrumpir sistemas eléctricos en Israel. Las operaciones también eliminaron aproximadamente la mitad de los 3.000 misiles balísticos de Irán y el 80 % de sus 500 lanzadores.
El informe reveló que Irán planeaba ampliar su arsenal a por lo menos 8.000 misiles balísticos. Las fuentes aseguraron que cualquier demora en el ataque habría incrementado el riesgo para Israel. También se descubrió que Irán poseía más misiles de combustible sólido de lo estimado, lo que dificultaba su interceptación, según declaraciones citadas por el medio estadounidense.
El daño se agravó tras el asesinato de científicos nucleares iraníes, clasificados en niveles de importancia por fuentes israelíes. Se afirmó que las muertes de los investigadores podrían disuadir a jóvenes iraníes de ingresar en esos campos científicos. El Washington Post atribuyó estos datos a un artículo firmado por el columnista David Ignatius.
Ignatius reportó que Israel se encontraba en la fase final de sus ataques cuando el entonces presidente Donald Trump anunció un alto el fuego el 24 de junio. Horas después, Trump ordenó la retirada de los aviones israelíes que, según sus palabras, “atacarían con fuerza el corazón de Teherán”, tras un ataque iraní posterior al anuncio. El expresidente criticó públicamente a Israel por presuntas violaciones al cese del fuego.
Las fuentes señalaron que los asesinatos detuvieron el progreso del dispositivo EMP, el cual genera descargas electromagnéticas capaces de inutilizar redes eléctricas. Se informó que la Guardia Revolucionaria impulsaba este desarrollo como sustituto de armas nucleares, debido a la prohibición religiosa emitida por el líder supremo Alí Jamenei sobre el uso de armas atómicas.
No obstante, fuentes israelíes aseguraron que Irán avanzaba en el desarrollo de una ojiva de fisión estándar y otra de fusión más compleja. El proyecto de fusión se habría paralizado tras los ataques israelíes contra científicos. Una fuente con conocimiento del tema afirmó: “Irán ya no es un Estado en el umbral de la capacidad nuclear”, y estimó que requeriría de uno a dos años para construir un arma si lo hiciera en secreto.
Israel sostuvo que su ataque inicial del 13 de junio respondió al progreso iraní en armamento nuclear. Aunque Irán niega estos planes, acumula uranio enriquecido al 60 %, proporción cercana al nivel militar. El Post reportó que Estados Unidos aprobó el ataque israelí, condicionado a su éxito, antes de considerar una intervención directa.
Como respuesta, Irán lanzó misiles balísticos que mataron a 28 personas, provocaron daños en ciudades israelíes y desplazaron a miles. Un día antes del alto el fuego negociado por Estados Unidos, el 24 de junio, bombarderos estadounidenses atacaron tres instalaciones nucleares iraníes, incluida la planta subterránea de Fordo, que se consideraba resistente salvo a bombas especializadas.
Aunque Trump afirmó que el ataque hizo retroceder el programa nuclear iraní por “décadas”, fuentes de inteligencia occidental indicaron que el daño fue menor. Según estas fuentes, Irán pudo haber trasladado su uranio enriquecido antes de los bombardeos ejecutados por Estados Unidos e Israel.