El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) está continuamente monitoreando la situación con respecto a la pandemia del coronavirus, pero “no se detendrá ni un solo minuto” con respecto a sus inspecciones de material nuclear en Irán o en otros lugares, dijo el organismo a The Jerusalén Post el miércoles.
La cita de no parar “ni un solo minuto” también fue señalada por el director general del OIEA, Rafael Mariano Grossi, la semana pasada, cuando la agencia cerró sus puertas físicas y pasó al modo de operaciones remotas.
Sin embargo, el miércoles, un portavoz de la agencia del OIEA agregó al Post que “aunque ha habido algunas interrupciones en los viajes debido al brote, el OIEA sigue llevando a cabo sus actividades de salvaguardias en Irán y en otros lugares, asegurando la aplicación efectiva de su mandato, al mismo tiempo que toma las medidas adecuadas para proteger la seguridad del personal”.
Irán ha sido el tercer país más afectado del mundo por el coronavirus, con 1.135 muertes y más de 16.000 personas infectadas, según las cifras oficiales iraníes, que la mayoría de los expertos externos consideran poco realistas.
Los viajes, la circulación y la coordinación en el Irán se han visto gravemente perturbados por la crisis, que no ha dejado a nadie indiferente, incluidos los altos funcionarios iraníes.
Considerando el caos en Irán, el Post cuestionó a la OIEA sobre cómo el coronavirus ha impactado su capacidad de monitorear el programa nuclear de Irán.
Mientras que algunos aspectos de la vigilancia del OIEA son electrónicos, otros aspectos deben hacerse en persona.
El Post pidió además al OIEA que especificara los desafíos que estaba encontrando para mantener las inspecciones físicas en Irán, cómo estaba superando los desafíos y dónde podrían estar fallando sus esfuerzos.
La vigilancia de OIEA en Irán reveló recientemente que la República Islámica ha superado considerablemente la cantidad de uranio poco enriquecido necesaria para fabricar una bomba nuclear, en caso de que decida empezar a enriquecerlo a niveles más altos.
El OIEA no respondió directamente a todas estas cuestiones, aunque sí señaló los problemas de viaje y dijo que estaba superando con éxito los obstáculos para mantener el acceso físico a los emplazamientos nucleares cuando fuera necesario.
La semana pasada, Grossi, que se siente mucho más cómodo desempeñando funciones de relaciones públicas que su tranquilo predecesor Yukiya Amano, abordó en detalle el reto más amplio del coronavirus.
Dijo, “El coronavirus está poniendo un enorme desafío frente a todo el mundo. La OIEA no es una excepción”, pero en otro mensaje dijo, “Se espera que las operaciones de la OIEA continúen con una mínima interrupción en estas circunstancias extraordinarias”.
El mensaje de Grossi a su personal fue: “Cuento con todo su apoyo para cumplir eficazmente las funciones básicas de sus puestos. Tenemos esta obligación con los estados miembros”.
El Centro Internacional de Viena, donde se encuentra el OIEA, tiene normalmente unos 5.000 funcionarios de 125 países, pero estará cerrado al menos hasta el 3 de abril por recomendación del gobierno anfitrión austriaco.