Rafael Grossi, jefe del organismo nuclear de la ONU, advirtió en Teherán que las negociaciones entre Irán y Estados Unidos se acercan a un punto decisivo, sin margen para dilaciones. Ambas delegaciones volverán a reunirse el sábado en Roma, tras el encuentro inicial realizado la semana pasada, el de mayor nivel desde que el presidente Donald Trump retiró a su país del acuerdo nuclear de 2015.
Durante su visita, Grossi señaló que su presencia busca facilitar el diálogo en una etapa crítica del proceso. En rueda de prensa con el director de la agencia atómica iraní, Mohammad Eslami, reconoció las dificultades del camino hacia un acuerdo y aseguró que su equipo trabaja con determinación para lograr resultados.
En la víspera, Grossi sostuvo una reunión con el canciller Abbas Araghchi, quien lideró el primer contacto con el enviado estadounidense Steve Witkoff. El funcionario iraní calificó el encuentro como productivo y destacó la importancia del rol del OIEA en la resolución de la guerra nuclear, al tiempo que instó a mantener a la agencia al margen de las presiones políticas y de los intentos de sabotaje.
Desde París, antes de viajar a Irán, Grossi declaró al diario Le Monde que Teherán se encuentra cerca de alcanzar capacidad armamentista nuclear. Las potencias occidentales han acusado históricamente a Irán de buscar desarrollar armas nucleares, algo que el gobierno iraní ha rechazado reiteradamente.
Tras la salida de Estados Unidos del acuerdo en 2018, Irán comenzó a incumplir progresivamente los compromisos asumidos. El pacto original permitía el levantamiento de sanciones a cambio de limitar el enriquecimiento de uranio, supervisado por el OIEA. Según el último informe del organismo, Irán dispone de 274,8 kilogramos de uranio enriquecido al 60%, muy por encima del 3,67% pactado, aunque aún lejos del 90% necesario para fabricar una ojiva nuclear.
La administración Trump reactivó en enero su política de “máxima presión” sobre Irán, con nuevas sanciones económicas y una advertencia explícita de posible acción militar en una carta enviada al líder supremo Ali Jamenei. El jueves, The New York Times reveló que Trump descartó un ataque israelí contra instalaciones nucleares iraníes para priorizar un acuerdo negociado.
En respuesta, Jamenei envió ese mismo día una misiva a Vladimir Putin a través de su canciller, con el propósito de consolidar el respaldo ruso antes de reanudar las conversaciones con Estados Unidos. Rusia, firmante del acuerdo original y miembro con veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, ha mantenido una estrecha cooperación con Irán, tanto diplomática como militar, en los últimos años.
El Kremlin ha reiterado que una acción militar contra Irán sería inaceptable y ha evitado confirmar si estaría dispuesto a custodiar el uranio iraní como parte de un nuevo entendimiento. Aunque Moscú y Teherán siguen colaborando en distintos frentes, incluida la guerra en Ucrania, el gobierno ruso no parece dispuesto a fomentar una carrera nuclear en la región.