A finales de agosto, Mijaíl Uliánov, principal negociador nuclear de Rusia en Viena, instó a Estados Unidos e Irán a “superar con éxito sus últimas diferencias lo antes posible” para reactivar el acuerdo nuclear de 2015. Este estímulo contrasta con la posición de Moscú en marzo, cuando pidió la exención del comercio ruso-iraní de las sanciones internacionales contra Rusia como parte de un acuerdo atómico definitivo. La exigencia del Kremlin paralizó las conversaciones.
Seis meses después, las preocupaciones de Moscú sobre su sector energético se han vuelto especialmente acuciantes, ya que los países europeos han prometido un boicot energético a Rusia para finales de año. En 2021, los miembros de la Unión Europea (UE) importaron 2,2 millones de barriles diarios (bpd) de crudo de Rusia. Normalmente, las exportaciones de petróleo de Rusia a la UE dan a Moscú influencia política sobre ella. Pero un boicot significa que los países de la UE buscarán importar petróleo de otros países, incluido el petróleo iraní que el acuerdo nuclear añadiría al mercado.
Según una estimación de la Fundación para la Defensa de las Democracias, durante el primer año de un acuerdo resucitado, Irán podría exportar 2 millones de barriles diarios de su crudo, alrededor de un millón de barriles más de lo que exporta ahora. Según la Agencia de Noticias de la República Islámica, el 38% de las exportaciones de crudo de Irán en 2017 se dirigieron a Europa. Desde entonces, debido a las sanciones de Estados Unidos contra la industria petrolera iraní reimpuestas por la administración Trump en 2018, Europa no ha comprado petróleo del país.
Si la proporción de las exportaciones de petróleo de Irán a Europa en relación con sus exportaciones totales de petróleo vuelve a su nivel de 2017, dará a Europa acceso a 800.000 bpd de crudo recién llegado. Como resultado, el acuerdo tiene el potencial de disminuir la influencia de Rusia sobre la Unión Europea y permitir que los países europeos se desvinculen del petróleo ruso con menos dolor este invierno.
A la luz de esta realidad, ¿por qué ha cambiado el Kremlin su tono sobre el acuerdo nuclear?
La respuesta es probablemente que la evaluación de Rusia de los costes y beneficios del acuerdo ha cambiado. Incluso si el acuerdo reduce la influencia de Rusia sobre Europa, Moscú puede beneficiarse de la reactivación del acuerdo de cinco maneras.
En primer lugar, las sanciones occidentales han limitado el acceso de Moscú al sistema bancario internacional. Si Washington levanta las sanciones bancarias a Irán, Moscú podrá acceder a la red financiera internacional a través de Irán. Teherán, un socio clave para Moscú, tiene años de experiencia en el levantamiento de sanciones, que puede utilizar para ayudar a Moscú.
En segundo lugar, el alivio de las sanciones en el acuerdo permite un contrato de 10.000 millones de dólares entre Moscú y Teherán para construir un emplazamiento nuclear en Irán. El acuerdo ha permanecido inactivo debido a las sanciones. Sin embargo, el nuevo acuerdo nuclear proporcionará a Irán recursos para pagar a Rusia.
En tercer lugar, con la expiración del embargo de armas de la ONU contra Teherán, Rusia puede ahora vender a Teherán una amplia gama de armas convencionales que pueden valer miles de millones de dólares. Durante años, Irán ha expresado su intención de comprar sistemas de armas modernos a Rusia. Sin embargo, las sanciones y la falta de recursos financieros de Irán, entre otras cosas, han impedido hasta ahora tales acuerdos. Con el acceso de Irán a decenas de miles de millones de dólares y el aislamiento internacional de Rusia, la lista de deseos de Teherán puede hacerse finalmente realidad.
En cuarto lugar, en los últimos meses, Teherán y Moscú han entablado extensas negociaciones para ampliar su cooperación en el sector energético. Funcionarios iraníes han confirmado que Teherán y Moscú, en el marco de un nuevo acuerdo nuclear, podrían intercambiar petróleo como forma de eludir las sanciones contra Rusia. De hecho, el gigante energético estatal ruso Gazprom firmó en julio un acuerdo de 40.000 millones de dólares en petróleo y gas con Irán. Aunque el regreso de la República Islámica al mercado del petróleo puede aumentar la presión sobre Rusia, las dos partes tratan de mitigar esos efectos negativos mediante la cooperación.
Por último, una inyección masiva de dinero en las arcas de Irán significa que Teherán puede ofrecer más ayuda a Rusia para su guerra en Ucrania. Teherán ya ha prestado un sólido apoyo militar y diplomático a la invasión de Moscú. En una reciente reunión con el presidente ruso Vladimir Putin, el líder supremo iraní Ali Khamenei expresó su apoyo a la decisión del Kremlin de ir a la guerra. En abril, The Guardian informó de que Rusia estaba utilizando armas de fabricación iraní introducidas de contrabando a través de Irak. En agosto, funcionarios estadounidenses afirmaron que Irán había comenzado a enviar decenas de drones de combate a Rusia para utilizarlos en la guerra.
Rusia, la República Islámica y las milicias chiíes de Teherán lucharon juntas en Siria. Los crecientes lazos estratégicos entre Moscú y Teherán significan que el acceso de la República Islámica a miles de millones de dólares puede dar lugar a una intervención mayor y más audaz en Ucrania. Como el aislamiento internacional de Rusia sigue creciendo, Moscú encontrará inestimable la mera posibilidad de ese apoyo.