El presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo iraní, Ebrahim Raisi, saludaron los lazos bilaterales durante una reunión celebrada el miércoles en Moscú, mientras aumenta la presión para que se tome una decisión sobre el acuerdo nuclear con Irán.
Raisi dijo que había presentado a Moscú un proyecto de documentos sobre cooperación estratégica que cimentaría la colaboración conjunta para las próximas dos décadas.
“En Irán no tenemos límites para ampliar los lazos con Rusia”, dijo el líder iraní en su primera visita de Estado desde que asumió el cargo en agosto.
Dijo que Teherán quería desarrollar relaciones con Moscú que “no fueran temporales, sino permanentes y estratégicas”.
“Las circunstancias excepcionales de hoy requieren una sinergia significativa entre nuestros dos países contra el unilateralismo de Estados Unidos”, dijo en declaraciones televisadas.
Putin elogió la “estrecha cooperación” de ambos países en la escena internacional y dijo: “Es muy importante para mí conocer su opinión sobre el Plan de Acción Integral Conjunto”.
El acuerdo de 2015 entre Irán y las potencias mundiales -Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Rusia, China y Alemania- ofrecía a Teherán un alivio de las agobiantes sanciones internacionales a cambio de profundas restricciones a su programa nuclear.
Pero la retirada unilateral de Estados Unidos del acuerdo en 2018 bajo el mandato del expresidente Donald Trump hizo que Teherán se retractara de sus compromisos.
Las conversaciones para restablecer el acuerdo comenzaron de nuevo el año pasado, pero se detuvieron en junio, cuando Irán eligió a Raisi. Luego se reanudaron en noviembre.
Esta es la visita más importante del presidente ultraconservador al extranjero desde que tomó el relevo en agosto del moderado Hassan Rouhani, que fue el último presidente iraní en visitar Rusia en marzo de 2017.
Moscú y Teherán mantienen fuertes lazos políticos, económicos y militares, comparten intereses en Afganistán y son aliados clave del dictador sirio Bashar al Assad en la guerra civil que vive su país desde hace una década.
El lunes, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Saeed Khatibzadeh, dijo que era el momento de que EE.UU. tomara decisiones políticas para resolver las cuestiones clave pendientes, incluyendo el levantamiento de las sanciones, en las conversaciones destinadas a reactivar el acuerdo nuclear de Teherán.
“Lo que queda son cuestiones importantes y clave que requieren decisiones políticas específicas”, dijo en su conferencia de prensa semanal.
“Washington, en particular, debe anunciar sus decisiones sobre la eliminación de las sanciones y las cuestiones restantes”, dijo. “Si esto ocurre… alcanzaremos un acuerdo duradero y fiable a buen ritmo”.
Sus declaraciones se produjeron el día en que los principales negociadores debían regresar a Viena para las conversaciones, tras haber viajado a su país el sábado para realizar consultas.
EE.UU. sólo ha participado indirectamente en las conversaciones, que pretenden que Washington vuelva al acuerdo y que Irán cumpla los compromisos adquiridos en el mismo.
Las partes occidentales han insistido en la “urgencia” de alcanzar un acuerdo, y el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo el jueves que sólo quedan semanas para salvar el acuerdo.
Washington está dispuesto a estudiar “otras opciones” si las negociaciones fracasan, dijo.