El presidente electo, Ebrahim Raisi, dijo el lunes que la política exterior de Irán no estará limitada por su acuerdo nuclear de 2015 con las potencias mundiales, en su primera conferencia de prensa desde que ganó las elecciones del viernes.
Raisi, de 60 años, de línea dura y estridente crítico de Occidente, tomará el relevo del pragmático Hassan Rouhani en agosto, mientras Irán busca salvar el maltrecho acuerdo nuclear y librarse de las castigadoras sanciones estadounidenses que han inducido una fuerte recesión económica.
“Nuestra política exterior no se limitará al acuerdo nuclear”, dijo Raisi en Teherán. “Tendremos interacción con el mundo. No ataremos los intereses del pueblo iraní al acuerdo nuclear”.
Funcionarios iraníes y occidentales afirman que es poco probable que el ascenso de Raisi altere la postura negociadora de Irán en las conversaciones para reactivar el acuerdo nuclear: el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, de línea dura, ya tiene la última palabra en todas las políticas importantes.
Raisi también dijo que Estados Unidos había violado el acuerdo y que la Unión Europea había incumplido sus compromisos.
“Insto a Estados Unidos a que vuelva a cumplir su compromiso con el acuerdo… Todas las sanciones impuestas a Irán deben ser levantadas y verificadas por Teherán”, dijo.
Desde abril se están llevando a cabo negociaciones en Viena para resolver cómo Irán y Estados Unidos pueden volver a cumplir con el pacto nuclear, que Washington abandonó en 2018 bajo el mandato del entonces presidente Donald Trump y volvió a imponer sanciones a Irán.
Irán ha incumplido posteriormente los límites del acuerdo al enriquecimiento de uranio, diseñados para minimizar el riesgo de que desarrolle un potencial armamentístico nuclear. Teherán ha negado desde hace tiempo tener tal ambición.
Raisi también dijo que debería ser recompensado por defender los derechos y la seguridad de las personas.
Afirmó que, como jurista, “siempre ha defendido los derechos humanos”, y añadió que las sanciones de Estados Unidos contra él por presuntos abusos de los derechos humanos se le impusieron por hacer su trabajo como juez.
También dijo que el programa de misiles balísticos de Irán no era negociable, a pesar de las exigencias de Occidente y de los países del Golfo de que se incluyera en las conversaciones nucleares en curso en Viena.