Las potencias occidentales, incluyendo a Gran Bretaña, Francia, Alemania, y con apoyo de Estados Unidos, acusaron a Irán este lunes de incumplir la resolución de la ONU que avala el acuerdo nuclear de 2015.
Las acusaciones se centraron en el desarrollo y prueba de misiles balísticos por parte de Irán, la transferencia de cientos de drones a Rusia, y el enriquecimiento de uranio hasta un 60%, un nivel sin precedentes para un país sin un programa de armas nucleares.
Irán, junto a su aliado Rusia, rechazó estas acusaciones. Estados Unidos, que se retiró del acuerdo conocido como Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA) en 2018, brindó su firme apoyo a estas denuncias.
El JCPOA, un acuerdo a seis bandas, fue establecido para prevenir que Irán desarrolle armas atómicas, limitando el enriquecimiento de uranio a niveles necesarios para usos pacíficos de energía nuclear, a cambio del levantamiento de sanciones económicas.
Durante la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, tanto el embajador iraní, Amir Iravani, como el embajador ruso, Vassily Nebenzia, atribuyeron la tensión actual a la retirada de Estados Unidos del JCPOA y a las sanciones occidentales, acusando a Occidente de adoptar una postura anti-iraní. Iravani sostuvo que Irán tiene derecho al enriquecimiento de uranio con fines pacíficos bajo el Tratado de No Proliferación Nuclear, mientras que Nebenzia negó el uso de drones iraníes en Ucrania.
En la reciente reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, Rosemary DiCarlo, jefa política de la organización, destacó la postura del Secretario General, Antonio Guterres, quien considera el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA) como la mejor opción para asegurar un programa nuclear iraní exclusivamente pacífico.
DiCarlo hizo un llamado a Irán para revertir sus acciones nucleares recientes, eco que fue apoyado por los tres países europeos involucrados en el acuerdo. En una declaración conjunta, el Reino Unido, Francia y Alemania, respaldados por pruebas del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), informaron que Irán ha superado en 22 veces el límite de uranio enriquecido establecido en el JCPOA. Los países afirmaron: “No hay justificación civil creíble para el estado actual del programa nuclear iraní” y añadieron que las acciones de Irán solo lo acercan a la capacidad de armamento nuclear.
Los representantes europeos y el ministro consejero estadounidense, John Kelley, subrayaron su compromiso de usar todos los medios disponibles para prevenir que Irán desarrolle armas nucleares. Kelley, al dirigirse al Consejo, enfatizó la necesidad de que Irán tome medidas para generar confianza internacional y disminuir las tensiones, en lugar de continuar con las provocaciones nucleares que representan serios riesgos de proliferación.
El enriquecimiento de uranio por parte de Irán hasta un 60% viola los límites establecidos en el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA), diseñado para evitar el desarrollo de armas atómicas iraníes. Este nivel de enriquecimiento es innecesario para usos pacíficos de energía nuclear y acerca a Irán a la capacidad de producción de armamento nuclear.
Estados Unidos, que se retiró del JCPOA en 2018, apoya firmemente las acusaciones occidentales contra Irán. EE. UU. respalda la postura de que las recientes acciones nucleares de Irán representan una seria amenaza y un incumplimiento del acuerdo.
Las pruebas de misiles balísticos de Irán son vistas como una violación de la resolución de la ONU y aumentan las tensiones internacionales. Estas acciones generan preocupación sobre la escalada militar y la estabilidad regional, desafiando las normas internacionales de no proliferación.
Irán, junto con su aliado Rusia, rechaza las acusaciones occidentales. Afirman que su enriquecimiento de uranio es para fines pacíficos bajo el Tratado de No Proliferación Nuclear y acusan a Occidente de provocar la tensión por la retirada de EE. UU. del JCPOA y las sanciones impuestas.
La ONU, a través del Consejo de Seguridad y la jefa política Rosemary DiCarlo, insta a Irán a revertir sus acciones nucleares recientes. El secretario general, Antonio Guterres, ve el JCPOA como crucial para asegurar un programa nuclear iraní exclusivamente pacífico.