La ajedrecista iraní Sara Khadem compitió esta semana en un torneo internacional sin hiyab en la cabeza, la última de una serie de mujeres iraníes de alto nivel que han renunciado públicamente a cubrirse la cabeza desde el inicio de las protestas nacionales en agosto.
Citando a dos medios de comunicación iraníes, Reuters informó el martes de que Khadem compitió en el Campeonato de Ajedrez Blitz y en el Rápido Mundial de la FIDE en Almaty, Kazajstán, sin hiyab, que es obligatorio para las mujeres según la legislación iraní.
Ambos medios iraníes publicaron fotos de Khadem sin pañuelo. Uno de los medios publicó otra foto en la que aparecía con un pañuelo en la cabeza, pero no dijo si la foto había sido tomada en la competición de Almaty.
Khadem, que ocupa el puesto 804 del mundo según la Federación Internacional de Ajedrez, no ha hecho ningún comentario.
Las protestas en Irán se desencadenaron a raíz de la muerte bajo custodia, el 16 de septiembre, de Mahsa Amini, de 22 años, tras su detención por una supuesta infracción del estricto código de vestimenta iraní para las mujeres.
Desde el estallido de las manifestaciones, las manifestantes han salido a la calle, quemando sus pañuelos y cortándose el pelo en desafío a las leyes que obligan a cubrirse la cabeza.
Khadem se une a una creciente lista de atletas y equipos deportivos iraníes que han hecho gestos públicos en apoyo del movimiento de protesta.
En octubre, la alpinista iraní Elnaz Rekabi compitió sin pañuelo en la cabeza, por lo que fue puesta bajo arresto domiciliario y obligada a disculparse, según se informó entonces.
A principios de ese mes, el principal club de fútbol de Teherán, el Esteghlal, se negó a celebrarlo tras ganar la Supercopa iraní, y su jugador Siavash Yazdani, en una entrevista posterior al partido, dedicó la victoria a “las mujeres y a quienes perdieron a sus seres queridos”.
Antes del partido inaugural de Irán contra Inglaterra en la Copa Mundial de la FIFA, la selección nacional iraní optó por no cantar el himno nacional, aparentemente en solidaridad con el movimiento de protesta en su país.