Un funcionario judicial informó el lunes de que los agentes de seguridad utilizaron gases lacrimógenos para sofocar un motín en una cárcel del norte de Irán durante el cual murieron algunos presos y decenas resultaron heridos.
El motín del domingo en Rasht, capital de la provincia de Gilan, forma parte de una ola de disturbios que se ha apoderado de Irán desde que Mahsa Amini, una mujer kurda iraní de 22 años, falleció el 16 de septiembre tras ser detenida por la policía de la moral de Teherán por infringir supuestamente el estricto código de vestimenta del país para las mujeres.
Numerosas personas han muerto como consecuencia de la violencia callejera, sobre todo manifestantes, pero también personal de seguridad. También se han producido cientos de detenciones.
Según Mehdi Fallahmiri, fiscal de la ciudad, el domingo estalló una pelea entre presos condenados a muerte en la prisión de Lakan, en Rasht, debido a “disputas personales”, según la agencia estatal de noticias IRNA.
Cuando la discusión se calentó, afirmó, se trasladó al pasillo de la cárcel y otros reclusos se unieron al altercado.
Después de que algunos reclusos prendieran fuego y dañaran el equipamiento del vestíbulo y el pasillo de la prisión, los funcionarios acudieron al lugar y desplegaron gases lacrimógenos para calmar y dispersar a los reclusos y poner fin al motín, según Fallahmiri.
“Varias personas perecieron y varias resultaron heridas como resultado de esta lucha”, continuó, añadiendo que se estaba investigando cuántos convictos resultaron heridos.
Debido a que los “amotinados” impidieron su traslado, Fallahmiri dijo que algunos presos “sucumbieron a sus heridas”, mientras que otros “fueron llevados a los hospitales para ser tratados”.
“En este momento, la situación es pacífica y las actividades habituales de los presos continúan”.