El Estado Islámico (ISIS) reivindicó la autoría de una serie de atentados con bomba en la ciudad de Jalalabad, en el este de Afganistán, según informó el domingo la agencia de noticias Amaaq del grupo en su canal de Telegram.
“Más de 35 milicianos talibanes murieron o resultaron heridos en una serie de explosiones que tuvieron lugar”, dijo el grupo militante, refiriéndose a las explosiones del sábado y el domingo.
Los talibanes no hicieron ningún comentario inmediato sobre el número de muertos.
El sábado, algunas fuentes dijeron a Reuters que al menos tres personas murieron y unas 20 resultaron heridas en las explosiones de Jalalabad, la capital de la provincia de Nanjarhar. Las fuentes habían dicho que citaban información de hospitales y testigos presenciales.
Más de 100 civiles afganos y 13 militares estadounidenses murieron en un ataque el 26 de agosto en el aeropuerto de Kabul, el más mortífero contra las fuerzas estadounidenses en Afganistán desde 2011, lo que destrozó la moral y complicó los esfuerzos de evacuación.
También fue el ataque más sangriento contra Estados Unidos reivindicado por una filial del grupo ISIS, concretamente el Estado Islámico en Jorasán (ISIS-K), y se produjo en un momento muy delicado para las fuerzas en retirada.
También coincidió con el inicio del juicio de los acusados de orquestar los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París, reivindicados por el EI, que causaron 130 muertos.
La sangrienta carnicería de la capital francesa marcó el apogeo del llamado “califato” del grupo, que se extendió por Irak y Siria entre 2014 y 2019.
El resurgimiento del ISIS en Afganistán parece que va a inspirar a los jihadistas radicales de todo tipo.
El atentado del ISIS en el aeropuerto de Kabul en agosto fue aún más impactante porque tuvo éxito a pesar de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió previamente de que las agencias de inteligencia estaban al tanto del complot.