Las fuerzas kurdas de Siria dicen que están reforzando la seguridad en las prisiones y centros de detención donde decenas de miles de miembros del Estado Islámico (ISIS) y sus partidarios están detenidos, incluso extranjeros, tras el asesinato del líder del ISIS Abu Bakr al-Baghdadi.
Un funcionario de la agencia de seguridad interna dirigida por los kurdos dijo el lunes que las fuerzas estaban “en alerta máxima” ante posibles disturbios o ataques contra los guardias de las prisiones y los campamentos de desplazados en el noreste de Siria.
Otro funcionario kurdo sirio insistió en que, a pesar de la invasión turca, sus combatientes todavía pueden asegurar las prisiones con operativos de ISIS.
Uno de los campamentos alberga a 70.000 personas, en su mayoría miembros de la familia de ISIS. Además, más de 10.000 presos, entre ellos 2.000 extranjeros, están recluidos en centros de detención.
Ya existía el temor de que se produjera un caos sobre el destino de los detenidos tras la invasión turca del noreste de Siria, que dio paso a importantes cambios de tropas en la zona. Turquía se desplazó en tropas a lo largo de la frontera, mientras que los guardias fronterizos sirios se están desplegando en otras zonas.