Los informes sobre la próxima publicación de la iniciativa de paz del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, han llevado a un frenesí. Lo particularmente preocupante para Jordania es la posibilidad de un cambio en su estatus tradicional en el Monte del Templo como guardián de los lugares islámicos en Jerusalén. En cambio, Jordania teme que haya un tutor general árabe-islámico, lo que significa que Arabia Saudita podría reemplazar a Jordania como el verdadero guardián de los lugares islámicos.
Desde un punto de vista histórico, los hachemitas que fueron expulsados como guardianes de las ciudades santas de La Meca y Medina hacen que sea extremadamente difícil para ellos aceptar la pérdida de la tutela de la mezquita de Al-Aqsa. Los portavoces jordanos se han expresado duramente sobre este tema, diciendo que esta es una línea roja y que Jordania reconsiderará todas sus alianzas regionales como resultado de tal movimiento.
Los desarrollos detrás de escena con respecto a la gestión del waqf islámico deben señalarse a este respecto. Al principio, Jordania llegó a un acuerdo con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, acerca de un cambio en la administración del waqf y la inclusión del personal de Fatah. Aunque ninguno de los dos lo ha dicho oficialmente, esta fue una señal a Arabia Saudita de que Jordania y Abbas son los terratenientes de las mezquitas y no se permitirán ser expulsados.
Sin embargo, justo cuando parecía que Jordania y la Autoridad Palestina habían creado un frente unido contra Arabia Saudita, comenzaron a enfrentarse sobre quién lideraría realmente la nueva administración del waqf.
Jordania se encargó de que la adición de altos funcionarios de Fatah no violara el control práctico del consejo de Jordania, pero la Autoridad Palestina en Ramallah tenía otras ideas. Fuentes en el este de Jerusalén informan que se está llevando a cabo una guerra total sobre la dirección del nuevo consejo. Ramallah quiere nombrar a Mufti Sheikh Mohammed Hussein, un lealista de Abbas, para dirigir el consejo. Jordania está completamente opuesto; ofreció el liderazgo del consejo a Sheikh Ekrima Sa’id Sabri. Abbas eliminó a Sabri, quien había sido nombrado por Yasser Arafat, como mufti de Jerusalén en 2006, según informes por su creciente popularidad y sus peligrosas opiniones políticas. Sheikh Hussein fue nombrado por Abbas como el sucesor de Sabri. Las fuentes revelaron que cuando Ramallah se enteró, las fuerzas de Tanzim-Fatah amenazaron a Sheikh Sabri. Informó a los jordanos que había sido amenazado y, por lo tanto, no podía aceptar su oferta. Así, después de una breve luna de miel, Jordania y Ramallah están ahora nuevamente divididas sobre Jerusalén.
Antes de la reciente cumbre en Túnez, el rey Abdullah de Jordania dio un paso interesante. Se reunió con el rey Hassan II de Marruecos, que también es de la dinastía Hachemita, en otras palabras, de la familia de los guardianes que afirman ser descendientes de Mahoma.
Marruecos también está luchando contra los elementos wahabistas locales y atribuye esta presión a Arabia Saudita. Las relaciones entre Marruecos y los saudíes se han enfriado mucho como resultado. Los dos reyes Hachemitas han identificado un interés conjunto y se están uniendo en contra de lo que atribuyen a la fuerte influencia de Arabia Saudita sobre el diseño del plan estadounidense.