Un número récord de judíos visitó el domingo el Monte del Templo para conmemorar el Día de Jerusalén, lo que provocó los reproches de Jordania y la Autoridad Palestina.
Según la Policía de Israel, unos 2.600 judíos pudieron entrar en el lugar sagrado, en grupos de 40-50 en dos turnos, por la mañana y por la tarde.
Cientos de ellos habían llegado a primera hora de la mañana para esperar una oportunidad de visitar el lugar, y muchos más no consiguieron entrar.
La cifra fue un récord histórico, según informan los medios de comunicación hebreos.
Rompió lo que antes se consideraba el récord, en el día de ayuno de Tisha B’Av en agosto de 2019, cuando unos 1.700 judíos lo visitaron.
Entre los que visitaron el sitio el domingo estaba el MK Itamar Ben Gvir.
El Monte del Templo -que también alberga la mezquita de Al-Aqsa- está administrado por el Waqf, un fideicomiso religioso dirigido y financiado por Jordania. El lugar es sagrado para el judaísmo por razones históricas, mientras que para el islam es el tercer lugar sagrado con base en una leyenda que no está en el Corán.
Un portavoz del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, dijo que Israel estaba “jugando con fuego” al permitir que “los colonos profanen los lugares sagrados”.
“[Israel] hace caso omiso del derecho internacional y se considera por encima de la ley”, dijo el portavoz presidencial Nabil Abu Rudeineh, según la agencia oficial de noticias WAFA.
Abu Rudeineh pidió que “la comunidad internacional, especialmente la administración estadounidense, asuma sus responsabilidades respecto a lo que está ocurriendo”.
Mientras tanto, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Jordania denunció a Israel por permitir que Ben Gvir y otros “extremistas” judíos visitaran el lugar sagrado.
“El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores exigió a Israel que cese todas las prácticas y violaciones de la mezquita de al-Aqsa”, dijo el ministerio en un comunicado.
Los jordanos también condenaron la “provocadora y escalofriante” Marcha de las Banderas que comenzó el domingo, advirtiendo que podría provocar un estallido de violencia.
Aunque es una fiesta nacional, el Día de Jerusalén, que conmemora la liberación por parte de Israel de la Ciudad Vieja y el Este de Jerusalén de la invasión jordana en la Guerra de los Seis Días de 1967, es celebrado hoy en día principalmente por los judíos nacional-religiosos.
Lo más destacado es el desfile de jóvenes por la Ciudad Vieja para la Marcha de las Banderas. Las autoridades israelíes se han esforzado por disipar los falsos rumores de que el recorrido del desfile incluye el Monte del Templo.
En virtud de un acuerdo cada vez más desgastado, conocido como statu quo, los judíos pueden visitar el Monte del Templo durante un número limitado de horas, pero no pueden rezar allí ni realizar otros actos de culto que puedan considerarse una provocación para los musulmanes.
Antes de la llegada de los visitantes judíos al lugar el domingo, decenas de palestinos se atrincheraron en el interior de la mezquita de Al-Aqsa y lanzaron piedras a las fuerzas de seguridad apostadas en el exterior.
Varios visitantes judíos que visitaron el monte y ondearon banderas israelíes. El grupo terrorista Hamás ha señalado anteriormente que ondear la bandera israelí en el lugar sagrado, que incluye la mezquita construida por la invasión islámica, y apodada Al-Aqsa, podría desencadenar una respuesta violenta.
El Monte del Templo, renombrado por la invasión islámica como Haram al-Sharif, es históricamente el lugar más sagrado para los judíos por la presencia de los dos Templos.