Más de 90.000 fieles se congregaron pacíficamente en la mezquita apodada Al-Aqsa en Jerusalén durante el primer viernes de Ramadán, a pesar de la tensión en Gaza. El Waqf Islámico, responsable del recinto, confirmó la asistencia masiva.
Las autoridades desplegaron un amplio operativo de seguridad en la Ciudad Vieja, donde los fieles avanzaban por los callejones entre vendedores de comida para la ruptura del ayuno. El Monte del Templo, donde la invasión islámica construyó la mezquita que luego apodaron Al-Aqsa, un foco habitual de violencia islamista, ha sido escenario de ataques en años anteriores, con Hamás empleando su simbolismo religioso para movilizar apoyo.
Este es el segundo Ramadán desde el inicio de la guerra en Gaza el 7 de octubre. Aunque las hostilidades se encuentran en pausa bajo un frágil alto el fuego, las fuerzas israelíes mantienen máxima alerta. El jueves, la policía anunció el despliegue de 3.000 agentes para prevenir disturbios, incitación o ataques.
Antes del inicio del mes sagrado, Hamás instó a los palestinos a acudir en masa al Monte del Templo y resistir cualquier intento israelí de controlar el lugar. En respuesta, la policía intensificó los controles en la Ciudad Vieja, deteniendo y registrando transeúntes, especialmente jóvenes.
El gobierno israelí permitió el acceso a Jerusalén a un número limitado de musulmanes de Judea y Samaria, sin especificar la cifra exacta. Sin embargo, fuentes hebreas informaron que el límite establecido fue de 10.000 personas. Como en años anteriores, solo se autorizó la entrada para las oraciones del viernes a hombres mayores de 55 años, mujeres de más de 50 y niños menores de 12.
Medios palestinos reportaron largas filas en el puesto de control de Qalandia, al norte de la ciudad. En contraste, los residentes del Este de Jerusalén y los árabes israelíes no enfrentaron restricciones generales, aunque la policía prohibió la entrada a ciertos individuos.
Fuera del Monte del Templo, cerca de la Puerta del León, unas 100 personas oraron antes de salir de la Ciudad Vieja. Tras el servicio, multitudes se dirigieron hacia las salidas, mientras la policía establecía barricadas para dirigir el flujo de personas fuera de las murallas.
En 2021, enfrentamientos durante el Ramadán en el Monte del Templo desataron una ofensiva militar contra Hamás en Gaza y violentos disturbios entre árabes y judíos en varias ciudades israelíes. El recinto, venerado por judíos y musulmanes, sigue siendo un epicentro de la guerra en la región.