Unos cincuenta mil musulmanes participaron en la tradicional oración del viernes en la mezquita de Al-Aqsa y la plaza que la rodea, entre ellos residentes de Judea, Samaria, Jerusalén y árabes israelíes, informa el sitio web Al-Risala.
La multitud ofreció una oración masiva en memoria de los 12 “mártires” (al menos 8 de ellos terroristas) que murieron en una operación de las FDI en Jenín esta semana, y en la plaza del Monte del Templo se exhibieron carteles de las Brigadas al-Qassam, una foto de operativos de Hamás armados con fusiles y del comandante supremo de la organización, Muhammad Daf, en los que se leía: Jenín – “La bandera no cayó”.
El jeque Ichrama Sabri, jefe del Consejo Supremo Musulmán, pronunció el sermón del viernes, en el que elogió a los residentes de Jenín por su firme postura y su no sumisión a Israel, y al público palestino por prestarles ayuda, y condenó a las FDI por destruir infraestructuras civiles, dañar mezquitas y demoler casas.
Sabri advirtió contra el plan de fomento del pluralismo cultural financiado por países occidentales, que pretende inculcar valores extranjeros en la sociedad palestina, y pidió a los padres que extremen la precaución ante este programa educativo “destructivo”, para evitar que sus hijos se integren en él y preservar su identidad islámica.
En el contexto religioso-nacional, Sabri dijo que la mezquita de Al-Aqsa, es decir, toda la zona del Monte del Templo según el concepto islámico, no está sujeta a división con los no musulmanes, subrayando que la celebración de oraciones judías en el Monte del Templo no da a los judíos ningún derecho allí.
Por orden del ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, el hombre que colgó el cartel de Hamás fue detenido y el cartel fue retirado. El propio Ben-Gvir elogió a la policía por la rápida actuación: “Mi política es una guerra contra los instigadores del terrorismo y la gente que cuelga carteles apoyándoles. Alabo a la policía por la rápida actuación y espero que esto ocurra en cada incidente de este tipo”.