La semana pasada, Frank-Walter Steinmeier, presidente de Alemania, inauguró un centro sinagogal multidenominacional en Potsdam, marcando un hito en la capital del estado de Brandeburgo.
La ceremonia incluyó una bendición formal del rabino Avichai Apel, presidente de la Conferencia Rabínica Ortodoxa de Alemania, celebrando que ahora todas las capitales estatales alemanas cuentan con sinagogas independientes.
Potsdam, conocida internacionalmente por el Palacio de Sanssouci y los estudios de cine de Babelsberg, así como por el “Puente de los Espías” en Glienicke, se ha transformado recientemente en un centro de formación rabínica.
La Universidad de Potsdam alberga tanto escuelas rabínicas reformistas y conservadoras como la Escuela de Teología Judía, que inauguró una sinagoga igualitaria en 2021.
El nuevo centro sinagogal, un edificio de cuatro pisos con ladrillos beige y ventanas arqueadas, acogerá diversas congregaciones judías tradicionales y servirá también como espacio para eventos sociales y culturales abiertos al público. Es inusual que el estado de Brandeburgo haya colaborado con el Consejo Central de Bienestar de los Judíos en Alemania (ZWST) en lugar de con el Consejo Central de Judíos en Alemania.
Ud Joffe, presidente de la Comunidad Sinagogal de Potsdam, explicó que las congregaciones compartirán el uso del nuevo espacio. Joffe, quien también es director de orquesta y artístico de la Nueva Orquesta de Cámara de Potsdam, señaló que hasta ahora no ha habido disputas por el espacio entre los grupos judíos más liberales debido a la baja presencia de judíos reformistas en la ciudad.
El presidente Steinmeier describió el nuevo centro como “un regalo para todos nosotros” durante la inauguración, que contó con la presencia de varios dignatarios. Josef Schuster, presidente del Consejo Central de Judíos en Alemania, destacó que este centro es un regalo para los aproximadamente 600 judíos de Potsdam y los 2,000 en Brandeburgo, muchos de los cuales emigraron a Alemania después del Holocausto.
El proceso de construcción del centro, que comenzó hace más de 20 años, ha estado marcado por conflictos. Joffe demandó al arquitecto berlinés Jost Haberlan, alegando que este intentó desacreditar su participación en el diseño de la sinagoga. Además, el grupo Judíos Verdaderos de la Torá criticó el proyecto, calificándolo como una “sinagoga unitaria falsa” financiada por el estado.
La estructura comunitaria judía de posguerra en Alemania ha sido objeto de críticas debido a su dependencia de fondos estatales. El Consejo Central de Judíos en Alemania recibe alrededor de 24 millones de dólares anuales en fondos federales para apoyar a las congregaciones, escuelas y programas de integración.
El edificio de Potsdam ejemplifica un modelo exitoso de congregaciones que comparten espacios, especialmente en lugares con escasez de bienes inmuebles. Financiado por el estado de Brandeburgo, que invirtió unos 19 millones de dólares en su construcción, el centro será operado por el ZWST, que recibirá unos 704,000 dólares anuales para su mantenimiento y actividades.
Ubicada en el centro de la ciudad, cerca del parlamento estatal, la sinagoga recuerda la historia de la antigua sinagoga de Potsdam, destruida durante el pogromo nazi de la Noche de los Cristales Rotos y los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
La vida judía en Alemania, a menudo bajo la sombra del Holocausto, enfrenta nuevos desafíos. El aumento de incidentes antisemitas tras el ataque del grupo terrorista Hamás el 7 de octubre en Israel y la subsecuente guerra en Gaza resalta la importancia de centros como este.
En la inauguración, el presidente del ZWST, Abraham Lehrer, destacó que este centro debe servir como “un faro de esperanza para un futuro mejor”.