El mayor centro judío de Alemania desde la Segunda Guerra Mundial y uno de los mayores de su clase en el mundo se inauguró el domingo en Berlín.
El Campus Judío Pears, el mayor centro judío de Alemania desde antes de la Segunda Guerra Mundial, se inauguró en Berlín este domingo. Este monumental recinto, que ocupa más de 80.000 metros cuadrados y ha supuesto una inversión de 43,7 millones de dólares, será gestionado por la comunidad Jabad-Lubavitch de la capital alemana.
Se espera que, a partir del próximo curso escolar en otoño, todos los alumnos de la comunidad – alrededor de 550 estudiantes – se trasladen al nuevo edificio.
El campus cuenta con variadas instalaciones, entre las que se incluyen una cancha de baloncesto cubierta, un gimnasio multipropósito, una sala de cine, un estudio de música y una charcutería kosher. Destaca por su construcción de siete plantas, con fachada curva de ladrillos azules, la cual está totalmente abierta al público.
El rabino Yehuda Teichtal, director local de Jabad, expresó su gratitud por la finalización de este proyecto que llevó cuatro años y se mantuvo en marcha incluso durante la pandemia del coronavirus. “Es muy bonito, es un lugar de intercambio”, afirmó, explicando que el objetivo del campus es “crear conciencia y conocimiento de lo que es la vida judía”.
Teichtal también subrayó la importancia de una “cooperación positiva, cara a cara, a través del diálogo” con el objetivo de fomentar una vida judía “compartida, positiva, alegre, viva y orientada al futuro”. Actualmente en Alemania, alrededor de 90.000 judíos son miembros de congregaciones, con otros 100.000 que se identifican como judíos, pero no están afiliados.
El financiamiento principal del campus provino de la Fundación Pears, con sede en Gran Bretaña, aunque también se recibieron contribuciones de los gobiernos federal y estatal, empresas privadas, fundaciones y otros donantes privados. Desde Bruselas, el rabino Menachem Margolin, director de la Asociación Judía Europea, consideró el nuevo campus como un “gran ejemplo del renacimiento de la vida judía en Europa, en Alemania y en Berlín en particular”.
Durante la ceremonia de inauguración, el campus fue aislado de la calle por un muro y una valla de cristal, decorados con grafitis estilizados que transmiten un mensaje de bienvenida. Ron Prosor, embajador de Israel en Alemania, destacó que “la gente que tiene tópicos sobre los judíos ortodoxos se sorprenderá aquí”.
Entre los oradores en la ceremonia de inauguración se encontraban importantes figuras de la comunidad judía y de la política alemana, como el Gran Rabino Sefardí de Israel, Yitzhak Yosef; el alcalde de Berlín, Kai Wegner; el presidente del Consejo Central de los Judíos de Alemania, Josef Schuster, y Raed Saleh, miembro del Senado de Berlín. Este último, de origen palestino, calificó al nuevo campus como una “declaración – grabada en piedra – en nombre de la libertad en nuestro país, de la libertad en Berlín, de la libertad de nuestro pueblo”.