El rabino Shmuel Eliezer Stern, uno de los principales rabinos de Bnei Brak, ha emitido una decisión inesperada en relación con la próxima festividad de Sucot (Fiesta de los Tabernáculos).
Según el rabino Stern, “si para la festividad de Sucot no nos hemos librado de la plaga de ratones, la gente no podrá cumplir con la obligación de sentarse en una sucá en lugares que estén en la planta baja, en las calles, en los patios y en cualquier lugar al que puedan llegar los ratones, según la ley relativa a quien sufrirá dolor [por sentarse en la sucá]”.
“De acuerdo con la halajá (ley judía -ed.), si alguien construye una sucá en un lugar donde hay animales salvajes, o cualquier otra razón por la que la gente tendría miedo de sentarse allí, incluso si él mismo no tiene miedo, el hecho mismo de que la mayoría de la gente no pueda sentarse en tal lugar significa que no ha cumplido con la obligación de sentarse en la sucá”.
“En cuanto al primer día de la fiesta de Sucot, si no tiene otra opción, está permitido utilizar una sucá así”, añadió el rabino.
Desde hace varios meses, la ciudad de Bnei Brak padece la presencia de ratones y ratas.
En junio, una niña de dos años y medio fue mordida por una rata y tuvo que ser hospitalizada. La madre de la niña oyó sus gritos durante la noche y, al examinarla, descubrió que sangraba por varias partes del cuerpo. La niña fue trasladada al Centro Médico Mayanei Hayeshua, donde el personal dijo que las heridas habían sido causadas por mordeduras de rata.
En abril, un niño pequeño fue mordido por una rata en una guardería de Bnei Brak. Los padres de la guardería afirmaron que se pusieron en contacto con el ayuntamiento varias veces y advirtieron de la presencia de ratas en las instalaciones, pero que no les hicieron caso.
La guardería donde fue mordido el niño declaró que, tras no recibir respuesta del ayuntamiento, exterminaron privadamente a los roedores del edificio, pero la infestación es tan grave que ni siquiera este método sirve ya.