“¡Disciplina!”, exige el dictador venezolano Nicolás Maduro en frecuentes apariciones televisivas, normalmente rodeado de militares, donde da órdenes en voz alta sobre cómo responder a la pandemia.
Se muestra, según los analistas, como un hombre fuerte en la atención de la COVID-19, mientras que Juan Guaidó se limita a las redes sociales en medio de la censura y las fallas de comunicación. Maduro está tratando de enviar un mensaje: “Yo puedo hacerlo, yo mando”, dijo a AFP Luis Vicente León, presidente de Datanálisis.
Paradójicamente, agregó León, la pandemia, que ha puesto en duda la respuesta de muchos gobiernos, es una “oportunidad de oro” para Maduro, quien no es reconocido por unos cincuenta países encabezados por Estados Unidos quienes respaldan a Guaidó.
Aspectos destacados
- La pandemia ha fortalecido a Nicolás Maduro, que intenta demostrar que es un hombre fuerte.
- El líder de la oposición, Juan Guaidó, se limita a las redes sociales en un contexto de censura y desconexión.
- El régimen Maduro tiene poderes especiales y más amplios para hacer frente a una situación de emergencia en la que ya se han denunciado abusos contra el personal médico o los periodistas.
El presidente ha ordenado una cuarentena impuesta por los militares y la policía en los sectores populares y también ha suspendido el trabajo y las actividades científicas. Él o sus colegas más cercanos habían anunciado el balance diario de las infecciones virales en Venezuela, que se reproduce en los informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Guaidó, jefe del parlamento de la oposición, que en enero de 2019 se proclamó presidente a cargo de Venezuela, comprometiéndose a expulsar del poder al heredero de Hugo Chávez, lo acusó de “mentir”, cuestionando que solo hay 256 casos confirmados y nueve muertes, pero su capacidad de maniobra es limitada.
Sin “una estructura organizativa (…) está más limitado”, dijo a AFP el politólogo Ricardo Sucre.
Guaidó llama a un “gobierno de emergencia” apoyado por Washington, que le dio su única victoria en la pandemia, acusando a Maduro de “narco-terrorismo” y ofreciéndole una recompensa de 15 millones de dólares.
Basta de presiones
Inspirado por China, cuyas acciones ante COVID-19 elogia, Maduro está protegido del estado de ansiedad que le da los poderes especiales en los que confiaba para declarar un toque de queda nocturno en las colonias fronterizas con Colombia.
La situación de emergencia “redujo la presión sobre él al detener la movilización”, que la oposición intentaba renovar, dijo Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello.
“Esto impidió cualquier intento de reactivar la protesta”, agregó Alarcón, aunque hubo pequeñas manifestaciones por servicios como el agua y la electricidad.
Unos días antes de que apareciera el virus, Guaidó organizó una manifestación en Caracas.
Sin control territorial, el líder parlamentario avanza en la escena internacional. El jueves se comprometió a poner en marcha “lo antes posible” un plan de subsidios acordado con la Organización de Estados Americanos (OEA) para proporcionar 100 dólares mensuales durante tres meses a los profesionales de la salud.
Los venezolanos, por su parte, se encuentran en medio de una crisis económica y de servicios públicos, una crisis que, según la ONU, ha provocado el éxodo de 4.9 millones de migrantes desde 2015.
“Peligro”
Aunque el gobierno de Chavista “ha enfrentado las contingencias a su favor”, la escasez de gasolina, exacerbada durante la cuarentena, y la fragilidad del sistema de salud podrían llevar al fracaso, dijo Alarkon.
Fuera de Venezuela, la legitimidad de Maduro sigue siendo cuestionada, ya que se le acusa de haber sido reelegido fraudulentamente en 2018, lo que llena su vacío de financiación.
Sin la “certeza de reconocimiento” de Maduro, el FMI rechazó la solicitud de Venezuela de 5.000 millones de dólares para combatir la pandemia.
Por cierto, el apoyo de China y Rusia “se hizo más visible”, dijo Sucre. “Ambos países han enviado a Venezuela de todo, desde máscaras a partidarios. Esto es una ‘verdadera ayuda’”, dijo Maduro.
“Pero los problemas económicos son ‘peligrosos’”, dijo León, mezclados con sanciones americanas “más duras” contra Venezuela y su industria petrolera.
Washington propuso eliminar las restricciones financieras si Maduro y Guaidó acuerdan un gobierno de transición que no los incluya.
Alarcón duda que Maduro esté “dispuesto a dar su brazo a torcer”.