Venezuela está buscando un préstamo de emergencia de 5.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional, apelando a una institución a la que ha denunciado durante mucho tiempo para hacer frente a las consecuencias del nuevo coronavirus en su ya colapsada economía petrolera.
La solicitud llegó en una carta a la Directora General del FMI, Kristalina Georgieva, firmada por el presidente Nicolás Maduro.
“El gobierno bolivariano está tomando diferentes medidas preventivas y siguiendo controles exhaustivos y estrictos para proteger al pueblo venezolano”, según la carta, que lleva fecha del 15 de marzo y fue publicada el martes en la cuenta de Twitter del Ministro de Relaciones Exteriores Jorge Arreaza.
“Por esta razón, nos dirigimos a su honorable organización para solicitar su evaluación sobre la posibilidad de autorizar a Venezuela una línea de financiamiento de 5 mil millones de dólares del fondo de emergencia del Instrumento de Financiamiento Rápido”.
La petición es un giro de 180 grados para Maduro, un socialista que ha llamado al FMI un “asesino” responsable de hundir a millones de personas en la pobreza en toda América Latina.
Mientras que la exposición de Venezuela al coronavirus ha sido limitada hasta ahora – con solo 33 casos confirmados – el daño económico potencial de la enfermedad tiene a todo el país de alrededor de 30 millones en el borde.
Incluso antes del brote del virus, la industria petrolera de Venezuela estaba de rodillas. Las severas sanciones aplicadas el año pasado por la administración Trump redujeron casi a la mitad la producción, ya que el gigante petrolero estatal PDVSA perdió el acceso a las refinerías de la costa del Golfo de Estados Unidos, su principal mercado.