Líderes árabes y el presidente de Irán se encuentran hoy en la capital saudí para asistir a cumbres en las que se espera que se subraye la exigencia de que termine la guerra entre Israel y Hamás en Gaza antes de que la violencia se extienda a otros países.
Las reuniones de emergencia de la Liga Árabe y la Organización de Cooperación Islámica se celebran tras los sangrientos atentados perpetrados por los terroristas de Hamás el 7 de octubre, en los que, según las autoridades israelíes, murieron unas 1.200 personas y unas 240 fueron tomadas como rehenes.
La posterior ofensiva aérea y terrestre de Israel ha causado la muerte de más de 11.000 personas, en su mayoría civiles y muchos de ellos niños, según el Ministerio de Sanidad dirigido por Hamás, cuyas cifras no pueden verificarse de forma independiente y se cree que incluyen también a terroristas y civiles muertos por cohetes fallidos.
Los grupos humanitarios se han unido a las peticiones de alto el fuego, advirtiendo de una “catástrofe” humanitaria en Gaza, donde escasean los alimentos, el agua y los medicamentos.
La Liga Árabe pretende demostrar “cómo los árabes se moverán en la escena internacional para detener la agresión, apoyar a Palestina y a su pueblo, condenar la ocupación israelí y hacerla responsable de sus crímenes”, declaró esta semana el secretario general adjunto del bloque, Hossam Zaki.
Pero el grupo terrorista Yihad Islámica Palestina afirmó el viernes que no “esperaba nada” de la reunión, criticando a los dirigentes árabes por el retraso.