BEIRUT (Reuters) – El dictador sirio, Bashar al-Assad, afirmó el sábado que el principal impedimento para la inversión en el país era el dinero bloqueado en los maltrechos bancos libaneses.
En un discurso tras jurar como presidente para un cuarto mandato, Assad dijo que las estimaciones sugerían que los fondos congelados tenían un valor de entre 40.000 y 60.000 millones de dólares.
“Ambas cifras son suficientes para deprimir una economía como la nuestra”, dijo.
Líbano se encuentra sumido en una profunda crisis económica que amenaza su estabilidad. Los bancos libaneses han bloqueado a los depositantes de sus cuentas y han bloqueado las transferencias al extranjero desde el inicio de la crisis del país a finales de 2019.
Muchas empresas de fachada sirias habían eludido durante mucho tiempo las sanciones occidentales utilizando el sistema bancario de Líbano para pagar bienes que luego se importaban a Siria por tierra.
Assad también dijo que Siria seguirá trabajando para superar las dificultades causadas por las sanciones occidentales impuestas durante su guerra de una década.
“Las sanciones no nos han impedido asegurar nuestras necesidades básicas, pero han creado algunos puntos de estrangulamiento”, dijo.
“Seguiremos trabajando para superarlos, sin anunciar qué métodos hemos utilizado antes para hacerlo o qué utilizaremos en el futuro”.
Las autoridades sirias culpan a las sanciones occidentales de la penuria generalizada, que incluye la subida de los precios y las dificultades de la población para adquirir alimentos y suministros básicos.
Assad se aseguró un cuarto mandato en las elecciones de mayo, obteniendo más del 95% de los votos.
Los opositores y Occidente afirman que las elecciones estuvieron marcadas por el fraude, pero el régimen dijo que mostraban que el país funcionaba con normalidad a pesar de la larga guerra.
El mayor reto de Assad, ahora que ha recuperado el control de cerca del 70% del país, es una economía en declive.