El Ministerio de Defensa turco anunció el lunes que cuatro soldados turcos habían muerto durante una operación militar en el norte de Irak, una señal de la creciente hostilidad entre Ankara y las fuerzas kurdas de la región del Kurdistán iraquí.
En el comunicado del Ministerio de Defensa se afirma que la operación tuvo lugar el domingo por la noche y que se llevó a cabo en el marco de la operación “Claw-Lock”, el nombre en clave de la intervención militar turca en el norte de Irak que comenzó en abril. Turquía añadió que otras operaciones en el marco de Claw-Lock seguían en curso en otros lugares del norte de Irak.
Turquía ha lanzado regularmente operaciones militares a pequeña escala en el Kurdistán durante la última media década, tratando de degradar las capacidades del Partido de los Trabajadores del Kurdistán, un partido político y grupo militante kurdo del norte de Irak que históricamente ha buscado la independencia de las zonas de mayoría kurda dentro de Turquía. Desde 1984, el PKK ha librado una guerra de guerrillas contra Ankara que ha causado decenas de miles de muertos. En consecuencia, el grupo ha sido designado como organización terrorista por la mayoría de los países occidentales, incluidos Estados Unidos y el Reino Unido.
Debido a su oposición al PKK, la relación de Turquía con los grupos kurdos de Siria e Irak es en gran medida antagónica. Ankara ha tendido a considerar a otros grupos militantes kurdos, incluidas las Unidades de Protección Popular (YPG) formadas para combatir el ascenso del grupo terrorista Estado Islámico (ISIS), como ramificaciones del PKK y también ha luchado contra ellos. Sin embargo, esta relación se ha visto complicada por la asociación de Estados Unidos con las YPG y otros grupos de defensa kurdos durante la campaña para contener al ISIS, lo que ha limitado la capacidad de Ankara para utilizar la fuerza militar contra ellos. Sin embargo, con el ISIS derrotado en gran medida y Estados Unidos retirado en su mayor parte de Siria e Irak, el gobierno turco ha indicado en los últimos meses que lanzará una intervención militar en Siria, aunque tanto Rusia como Irán han disuadido a Ankara de hacerlo en los últimos meses.
La actual intervención turca en Irak también ha provocado un deterioro de las relaciones entre Ankara y Bagdad, que ha condenado la operación Claw-Lock y otras operaciones turcas en el Kurdistán iraquí como violaciones de su soberanía. En julio, el gobierno iraquí afirmó que las fuerzas turcas habían “violado descaradamente” la soberanía iraquí después de que supuestamente atacaran un centro turístico en la provincia septentrional iraquí de Duhok, dejando ocho muertos. Ankara negó la responsabilidad del incidente y afirmó que había sido un ataque terrorista.