Un ataque aéreo de Estados Unidos en el aeropuerto internacional de Bagdad mató al comandante de Oriente Medio de Irán, el general Qassem Soleimani, de 62 años, jefe de la Fuerza Quds del CGRI, y el jefe de la milicia iraquí Fuerzas de Movilización Popular (FMP) respaldada por Irán, Abu Mahdi al-Muhandis.
La redada fue llevada a cabo por vehículos no tripulados estadounidenses en la madrugada del viernes 3 de enero y se dice que mató a siete personas. Las bases estadounidenses en el Medio Oriente e Israel se encuentran en un alto estado de preparación para las repercusiones de Irán.
Las Fuerzas de Movilización Popular (FMP) son la organización que agrupa a las milicias chiítas iraquíes pro iraníes, entre ellas la Kataib Hezbolá, que fue asignada por Soleimani para llevar a cabo importantes asaltos a las bases estadounidenses. Sus líderes estaban en el aeropuerto de Bagdad para recoger a “invitados de alto perfil”.
Las fuentes militares y de inteligencia de DEBKAfile informan que la muerte de Soleimani representa una extraordinaria hazaña de la inteligencia operacional estadounidense en la que se puede presumir que la inteligencia israelí ha ayudado. Esto eleva la contienda entre Estados Unidos e Irán al nivel de una guerra abierta entre las fuerzas estadounidenses que sirven en Irak, que son unas 5.000, y las unidades de la Guardia Revolucionaria de Irán que operaban en el país bajo el mando de Soleimani.
Este fue el segundo ataque estadounidense en Irak esta semana. El domingo 29 de diciembre, la Fuerza Aérea de Estados Unidos atacó cinco bases de Kataib Hezbolá en Irak y Siria, matando a unos 25 combatientes.
También fue la respuesta del presidente Donald Trump al comentario burlón del líder supremo, el ayatolá Alí Khamenei, de que “no puede hacerle nada a Irán”.
El jueves, el Secretario de Defensa de los Estados Unidos, Mark Esper, comentó la situación en Irak: “El juego ha cambiado. Los actos violentos de las milicias chiítas apoyadas por Irán en Irak se enfrentarán a la fuerza militar de Estados Unidos”.