Un ciudadano libanés cuya familia es cercana a Hezbolá se entregó y admitió haber trabajado con Israel, informó el miércoles el periódico libanés Al-Akhbar.
El ciudadano, un joven de 21 años de Al Asira, en la zona de Baalbek, dijo que se había comunicado con Israel a través de una aplicación proporcionada por un operador israelí y que había decidido entregarse después de que “se le despertara la conciencia”, según el informe.
El joven llevaba trabajando con la inteligencia israelí desde 2018 para proporcionar la información personal y los números de teléfono de los miembros de Hezbolá.
El ciudadano entró en contacto con la inteligencia israelí a través de una página web lanzada por las autoridades israelíes para atraer a agentes y espías, según Al-Akhbar, y los investigadores afirman al periódico que este “mostró una audacia que sorprendió a los israelíes en su voluntad de ofrecerse para este trabajo, además de su habilidad en el uso de dispositivos y aplicaciones”.
El presunto espía “es hijo de una familia conservadora, tiene una buena posición económica y es conocido por su tranquilidad”, según el informe. Como parte de sus operaciones para la inteligencia israelí, abrió una tienda de teléfonos móviles y vendía dispositivos que recibía a través de sus operadores israelíes para ganar dinero.
Al-Akhbar informó de que el presunto espía hablaba con los servicios de inteligencia israelíes mientras utilizaba una red privada virtual para ocultar su actividad y pudo “facilitar a sus operadores los números de teléfono de los funcionarios del partido y de los no partidistas, además de enviar la localización privada de varios de ellos desde el teléfono de su padre, un funcionario del partido”.
El joven declaró a los servicios de seguridad que había decidido entregarse después de que se descubrieran otros supuestos espías y por temor a que sus familiares le hicieran daño si se enteraban de su caso.
Según el informe, las Fuerzas de Seguridad Interna de Líbano y el aparato de seguridad de Hezbolá han encontrado a cientos de estos espías, muchos de los cuales no eran conscientes de que estaban hablando con la inteligencia israelí.
Líbano afirma que ha descubierto 17 redes de espías que trabajan para Israel
En enero, el ministro libanés del Interior, Bassam Mawlawi, anunció que recientemente se habían capturado 17 redes de espionaje que trabajaban para Israel en todo Líbano.
Un informe de Al-Akhbar afirmaba entonces que la Subdivisión de Información de la Dirección de las Fuerzas de Seguridad Interna libanesas había lanzado una operación cuatro semanas antes para desmantelar las redes de espionaje una por una. El periódico añadía que la rama intentaba mantener la operación en secreto afirmando que los sospechosos habían sido detenidos por fraude y delitos de drogas.
Al-Akhbar afirmaba que una información “muy sensible” mostraba que, en los dos últimos años, la inteligencia israelí había logrado llevar a cabo una serie de operaciones “notables” en Líbano y Siria y posiblemente también en otros lugares.
Según el informe, un agente especial informó a la Subdivisión de Información de que había encontrado un indicio de que se estaba llevando a cabo una operación, y el trabajo de seguimiento encontró una conexión con Israel. El chivatazo desencadenó la mayor operación de la historia de la Subdivisión contra la inteligencia israelí, con el caso de docenas de personas sospechosas de suministrar a Israel, directa o indirectamente, con o sin conocimiento previo, información relacionada con sus objetivos.
Los espías vigilaban no sólo a Hezbolá, sino también a las facciones palestinas del Líbano, incluida Hamás. La red también había logrado penetrar en la propia Subdivisión de Información y acercarse a su dirección, según Al-Akhbar.
El informe afirmaba además que la célula estaba relacionada con la explosión de un depósito de armas de Hamás en el campo de refugiados de Burj al-Shamali, en el sur del Líbano, en diciembre.
Según el informe, los espías se comunicaban a través de sitios web y salas de chat cerradas, así como mediante llamadas telefónicas a través de líneas telefónicas libanesas. El Servicio de Información habría revelado que Israel estaba utilizando un nuevo método de operación, llevando a cabo la mayor parte de su reclutamiento de agentes a través de las redes sociales, siendo el motivo de muchos de los agentes el dinero debido al empeoramiento de la crisis económica en Líbano.
Los agentes recibían pagos a través de empresas de transferencia de dinero y el origen de los fondos procedía de lugares de América Latina, Europa del Este, África y Asia. Según el informe, los sospechosos procedían de todas las sectas y de varias nacionalidades, como suníes, chiíes, drusos y cristianos libaneses, palestinos y sirios. Las redes operaban en todo el Líbano.