Una vez que se asiente la emoción de tomar el control de un país, como probar el gimnasio presidencial y divertirse en los autos chocadores, las nuevas autoridades talibanes de Afganistán se enfrentarán a los mismos problemas que cualquier otro gobierno: cómo financiar el país.
Tras la toma del país por parte de los talibanes el pasado fin de semana, muchas instituciones financieras internacionales han incluido al nuevo gobierno en su lista negra, y la moneda está en caída libre.
El jueves, el Fondo Monetario Internacional (FMI) decidió que Afganistán ya no podrá acceder a sus recursos.
El prestamista dijo que los recursos de más de 370 millones de dólares estaban previstos para llegar a finales de este mes. Los fondos se aprobaron el pasado mes de noviembre y estaban destinados a apoyar la recuperación de Afganistán de la pandemia del Covid-19, a afianzar las reformas económicas y a estimular la financiación de los donantes.
Un portavoz del FMI dijo que se debía a la “falta de claridad en la comunidad internacional” sobre el reconocimiento de un gobierno en Afganistán.
La decisión del FMI se produce después de que más de una docena de legisladores del Partido Republicano enviaran una carta a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, en la que expresaban su alarma por los fondos del FMI destinados a los talibanes.
“La posibilidad de que la asignación de Derechos Especiales de Giro (DEG) proporcione casi 500 millones de dólares en liquidez incondicional a un régimen con un historial de apoyo a acciones terroristas contra Estados Unidos y sus aliados es extremadamente preocupante”, escribieron.
A principios de esta semana, el gobierno de Biden también anunció que los activos del banco central que el gobierno afgano tiene en Estados Unidos no se pondrían a disposición de los talibanes, que siguen estando en la lista de designación de sanciones del Departamento del Tesoro tras el ataque del 11-S.
Según los medios de comunicación, Estados Unidos ha congelado casi 9.500 millones de dólares en activos pertenecientes al banco central afgano y ha detenido los envíos de dinero en efectivo a ese país.
Reuters citó a un funcionario afgano diciendo que se cree que el banco central del país, el Da Afghanistan Bank (DAB), tiene divisas, oro y otros tesoros en sus bóvedas, la mayoría de los cuales se dice que están guardados fuera de Afganistán.
Además, Western Union también ha suspendido los servicios de transferencia de dinero a Afganistán “hasta nuevo aviso”.
Según datos recopilados por Bloomberg, la moneda afgana del país ha caído hasta un 4,6%, hasta 86,0625 por dólar, en su cuarto día de caída.
Los talibanes no podrán financiar fácilmente a Afganistán con su tradicional comercio de cultivo de adormidera, que se han comprometido a prohibir. Se calcula que Afganistán es responsable de alrededor del 80% del suministro mundial de opio y heroína.
Según un informe de la ONU del mes de junio, las “principales fuentes de financiación de los talibanes siguen siendo las actividades delictivas”, entre las que se encuentran “el tráfico de drogas y la producción de adormidera, la extorsión, los secuestros para pedir rescate, la explotación de minerales y los ingresos procedentes de la recaudación de impuestos en las zonas bajo control o influencia de los talibanes”.
Pero los supuestos talibanes nuevos y mejorados han prometido dejar de ser un cártel del narcotráfico (además de comprometerse a respetar en cierta medida los derechos de las mujeres y a cesar la violencia de represalia). No sería conveniente que el FMI financiara la mayor operación de heroína del mundo.
Tras la intervención financiera del FMI y de Estados Unidos de esta semana, y teniendo en cuenta que alrededor del 75% del gasto público se financia con subvenciones de la ayuda internacional, muchos creen que sin opio, los talibanes no pueden sobrevivir.
Hasta ahora, no hay pruebas de ningún cambio de opinión.
Han surgido decenas de informes que afirman que se golpea y tortura a quienes no cumplen con la sharia o las “virtudes” talibanes, sobre todo a las mujeres y a quienes cooperaron con las fuerzas estadounidenses en el país.
Las Naciones Unidas han advertido que los talibanes están buscando a personas que colaboraron con las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN y están yendo “puerta por puerta” para encontrarlas.
El jueves, cientos de manifestantes salieron en la capital, Kabul, y en otras ciudades para protestar contra el régimen talibán. Esas protestas fueron rápidamente aplastadas.