El Gobierno de Biden anunció el lunes que, al igual que la Unión Europea y el Reino Unido, ha impuesto sanciones a otros diez funcionarios iraníes relacionados con la represión de las protestas contra el régimen que se están produciendo en la República Islámica.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos designará al viceministro de Inteligencia iraní, Naser Rashedi, junto con los comandantes del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica Hossein Tanavar, Mohammad Nazar Azimi, Kourosh Asiabani y Mojtaba Fada.
“Azimi y Asiabani comandan unidades del CGRI que presuntamente han cometido algunos de los peores actos de las fuerzas de seguridad iraníes desde el inicio de las protestas en septiembre de 2022”, dijo el Departamento del Tesoro en un comunicado, añadiendo que los militares habían dirigido fuerzas que utilizaron fuego real para matar y herir a decenas de manifestantes.
“La CGRI ha bombardeado vehículos que intentaban entregar bolsas de sangre a los heridos en hospitales locales, impidiendo su entrega”, añadió el comunicado.
La última ronda de sanciones también afectará a la Fundación Cooperativa del CGRI, descrita por Estados Unidos como un “conglomerado económico”, junto con cinco de los miembros de su consejo de administración. Se cree que la entidad controla la fabricación y la construcción en Irán, así como otros grandes sectores de la economía del país.
Al menos cuatro personas han sido ejecutadas desde que comenzaron las manifestaciones, tras juicios rápidos y a puerta cerrada. Al menos 519 personas han muerto y más de 19.200 han sido detenidas, según Human Rights Activists in Iran, un grupo que ha seguido de cerca las manifestaciones.
Funcionarios iraníes han expresado su indignación por la decisión de la UE de incluir a Irán en la lista, advirtiendo el domingo de que los países europeos se enfrentarían a represalias si seguía adelante.
“El Parlamento [de Irán] está trabajando para incluir a elementos de los ejércitos de los países europeos en la lista de terroristas”, declaró en Twitter el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian.
El bloque de 27 países ya ha impuesto tres rondas de sanciones a funcionarios y organizaciones iraníes -incluidos ministros del gobierno, oficiales militares y la policía de moralidad de Irán- por abusos contra los derechos humanos en las protestas que estallaron en Irán a mediados de septiembre por la muerte de Mahsa Amini.
La UE señaló al anunciar las nuevas sanciones que no añadirá al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de la República Islámica de Irán a la lista negra de grupos terroristas de la UE, como hizo Estados Unidos en 2019 bajo el mandato del entonces presidente estadounidense, Donald Trump.
En una conferencia de prensa en Washington la semana pasada, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, advirtió a Teherán de “consecuencias” por sus acciones en el país y su participación en los esfuerzos bélicos de Rusia en Ucrania.
No está claro el impacto de las sanciones adicionales en este momento, dado que la economía de Irán lleva mucho tiempo excluida de las inversiones estadounidenses y Teherán ha estado trabajando para ampliar los lazos financieros con países y entidades no occidentales con el fin de compensar.
Durante la conferencia de prensa de la semana pasada, Blinken también se reafirmó en la afirmación de que Estados Unidos ya no consideraba prioritario alcanzar un acuerdo con Irán sobre su programa nuclear. Dijo que Irán había rechazado durante mucho tiempo la posibilidad de revivir el acuerdo original de 2015, conocido como Plan de Acción Integral Conjunto.
En 2018, Trump se retiró del acuerdo, que intercambió el alivio de las sanciones por los frenos al programa nuclear iraní. Luego instituyó un régimen de sanciones de “máxima presión” dirigido a varios sectores iraníes, lo que llevó a Teherán a responder expandiendo su programa nuclear en violación del JCPOA.
Aunque el presidente estadounidense, Joe Biden, prometió intentar reactivar el acuerdo al entrar en funciones, su administración ha indicado en los últimos meses que ha abandonado esa posibilidad. Entre las razones para ello figuran la posición cada vez más insostenible de Teherán, que en un momento dado exigió a Estados Unidos que retirara al CGRI de su lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras; la cooperación de Irán con Rusia en la invasión de Ucrania por parte de esta última; y las protestas contra el régimen que se han extendido por Irán desde mediados de septiembre, que Teherán ha acusado a las potencias occidentales de orquestar.
En un vídeo que salió a la luz el mes pasado, Biden dijo que la perspectiva de reactivar el acuerdo con Irán estaba “muerta”, pero que no lo anunciaría públicamente.