En noviembre de 2021, el ministro egipcio de Petróleo y Recursos Minerales, Tarek El-Molla, anunció que su gobierno está dispuesto a bombear gas natural a Líbano para satisfacer sus necesidades energéticas en el primer trimestre de 2022. Este acuerdo podría sentar las bases de unos mayores lazos bilaterales entre Beirut y El Cairo. También llegaría en un momento crítico para Líbano, teniendo en cuenta su actual crisis económica y política.
El presidente egipcio, Abdel Fattah El-Sisi, se reunió con el primer ministro libanés, Najib Mitaki, en El Cairo el 19 de diciembre para discutir los detalles del suministro de gas egipcio al Líbano, que carece de energía. Durante la reunión, el líder egipcio hizo hincapié en la importancia de la seguridad en Líbano y del fortalecimiento del poder de las instituciones libanesas. De hecho, la mayor nación del mundo árabe dejó claro que está dispuesta a entrar en un nuevo capítulo en su relación con el pueblo libanés.
Mikati devolvió la gratitud, expresando sus elogios por los esfuerzos de Egipto para organizar y fomentar el apoyo internacional, especialmente en lo que respecta a la situación económica del Líbano. También elogió a Egipto por su papel vital en el mantenimiento de la estabilidad en todo el mundo árabe, citando a El Cairo como un “modelo” a seguir por otros países de la región.
En la reunión, ambos jefes de Estado reevaluaron los lazos históricos de sus naciones y buscaron estrategias comunes para sacar al Líbano de su estado de empobrecimiento. Además, en el itinerario de Mikati figuraba otra reunión con el antiguo embajador de Líbano en Egipto, Ali Al-Halabi. Estas reuniones se basaron en los esfuerzos anteriores de los líderes egipcios y libaneses para discutir cómo ayudar a los libaneses, que más tarde incluyeron el sector de la salud para combatir la propagación del Covid-19.
Dicha ayuda se propuso originalmente en septiembre de 2021, cuando la ministra de Sanidad egipcia, Hala Zayed, habló con Al-Halabi con un mensaje de funcionarios egipcios que expresaban su interés en trabajar para arreglar el sector médico libanés en quiebra. Ambos discutieron también la forma en que El Cairo podría enviar las dosis de vacuna contra el coronavirus necesarias para el pueblo libanés. Según Zayed, las notables capacidades de Egipto en la producción y distribución de vacunas lo convertían en un excelente socio en relación con este último punto. Y lo que es más importante, Zayed también señaló la capacidad de Egipto para enviar profesionales médicos al Líbano, un factor importante dada la rápida emigración de la clase profesional libanesa.
Tales intentos son un elemento básico de la anterior cooperación entre Beirut y El Cairo. Cuando Líbano sufrió la explosión de un depósito de combustible en la región norteña de Akkar el 16 de agosto de 2021, que causó la muerte de veintiocho personas y heridas a setenta y nueve, El Cairo envió ayuda y un equipo médico. Al parecer, el avión enviado a Beirut transportaba 1,5 millones de toneladas de suministros médicos destinados tanto al incidente de Akkar como a las necesidades de salud pública en general. Tras la decisión, el embajador egipcio en Líbano, Yasser Alawi, declaró que su país estaba “hombro con hombro” con Líbano.
Este esfuerzo humanitario fue bien recibido por el pueblo libanés y refleja la importancia de la amistad con el mundo árabe para Beirut. Cuando Mikati formó el nuevo gobierno, prometió a su pueblo, a la comunidad internacional y a la región que daría prioridad a las reformas. Como parte de este plan, ha celebrado varias reuniones importantes para restablecer la confianza árabe en el Líbano.
En una de las reuniones con otros Estados árabes, entre ellos Arabia Saudí, Mikati admitió que el gobierno libanés no había cumplido su palabra sobre la transparencia y las reformas anticorrupción, y explicó que estos países tenían razón en estar decepcionados. Estas declaraciones parecen ser un reconocimiento de la importancia de los amigos y aliados para la supervivencia de Líbano.
El reconocimiento de este punto es fundamental hoy en día si se tiene en cuenta que la crisis del Líbano es la peor de los últimos 150 años, según el Banco Mundial, y sólo puede aliviarse con acciones de este nuevo gobierno. Dicho esto, Egipto no ha dudado en mirar más allá de los fracasos pasados de los anteriores gabinetes libaneses y no ha ejercido la misma presión para las reformas políticas que los Estados del Golfo.
Esto es importante teniendo en cuenta las antiguas y recientes tensiones entre Beirut y sus socios tradicionales. Muchos Estados del Golfo han cortado los lazos con Líbano, argumentando que no ha reducido la participación de Hezbolá en Yemen. Desde el punto de vista de Egipto, no está interesado en apuntar a ningún partido político específico e insiste en trabajar con Líbano sin la condición de interrumpir ninguna de las supuestas actividades regionales de Hezbolá.
Este punto no puede ser subestimado. Al aceptar la realidad política actual del Líbano, Egipto está siendo un aliado fiable y puede conseguir con la diplomacia y el compromiso económico lo que el Golfo no pudo con su política de aislamiento. Es decir, acercar al Líbano al mundo árabe.