Líbano se enfrenta a un apagón nacional durante varios días después de que las dos mayores centrales eléctricas del país cerraran el sábado debido a la escasez de combustible, según un funcionario.
Sin electricidad producida por el Estado, los ciudadanos tendrán que depender de generadores privados que funcionan con gasóleo, que ya escasea.
“La red eléctrica libanesa dejó de funcionar por completo a mediodía de hoy, y es poco probable que funcione hasta el próximo lunes, o durante varios días”, dijo un funcionario del gobierno a Reuters.
Después de que las dos centrales eléctricas, al-Zahrani y Deir Amar, se quedaran sin combustible, su separación de la red red redujo la producción nacional de energía por debajo de los 200 megavatios, forzando el colapso, informó la cadena de televisión LBCI.
La compañía eléctrica estatal intentará utilizar las reservas de combustible del ejército para hacer funcionar las centrales temporalmente, dijo el funcionario a Reuters, pero añadió que sería poco probable que esto ocurriera pronto.
El país, de seis millones de habitantes, atraviesa la peor crisis financiera de su historia, con una moneda que ha perdido alrededor del 90% de su valor, los ahorros de la gente atrapados en los bancos y la mano de obra cualificada emigrando en masa.
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El Banco Mundial la ha descrito como una de las más graves que ha vivido el mundo desde la década de 1850.
La actual crisis económica del Líbano tiene su origen en décadas de corrupción y mala gestión por parte de la clase dirigente y en un sistema político de base sectaria que se nutre del clientelismo y el nepotismo.
La grave escasez de combustible ha provocado cortes de electricidad y esperas de horas en las gasolineras.
El líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, anunció en agosto que Irán iba a enviar combustible a Líbano para ayudar a aliviar la crisis. El primer petrolero iraní comisionado por Hezbolá llegó al puerto sirio de Baniyas en septiembre y el gasóleo se descargó en almacenes sirios antes de ser llevado por tierra a Líbano en camiones cisterna, donde fue recibido con disparos de celebración.
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Hezbolá, a menudo acusado de operar como un Estado dentro de otro Estado, ha participado en la guerra civil de Siria junto a las fuerzas gubernamentales. Gestiona sus propios puntos de paso a lo largo de la frontera entre Líbano y Siria, lejos de los pasos fronterizos oficiales.
El primer ministro libanés, Najib Mikati, ha dicho que los envíos violan la soberanía de Líbano y no son aprobados por su gobierno.
Hasta el apagón del sábado, la energía eléctrica solo estaba disponible unas pocas horas al día, lo que obligaba a las empresas y los hospitales a reducir su actividad o a cerrar por completo.
En el marco de otra iniciativa para llevar algo de energía al país, los ministros de energía de Egipto, Jordania, Siria y Líbano acordaron a principios del mes pasado un plan para llevar gas egipcio y electricidad jordana al Líbano a través de Siria.