Un avión de carga de las Fuerzas Aéreas estadounidenses transportó el domingo a 640 pasajeros a un lugar seguro en medio del caos del aeropuerto de Kabul, según muestra una fotografía obtenida por el sitio web Defense One.
Al parecer, el avión estaba destinado a evacuar al personal de la embajada de EE.UU. que huía de la toma del poder por los talibanes en Afganistán.
Pero cientos de “afganos en pánico que habían sido autorizados a evacuar se subieron a la rampa semiabierta del C-17”, según un funcionario de defensa estadounidense citado por Defense One.
En lugar de intentar obligarlos a bajar, “la tripulación tomó la decisión de irse”, dijo el funcionario. “Aproximadamente 640 civiles afganos desembarcaron del avión cuando éste llegó a su destino”.
Los afganos que iban en el C-17, que utilizaba el indicativo Reach 871, fueron trasladados desde Kabul a la base aérea de Al Udeid, en Qatar.
Estaban sentados en el suelo de la amplia bodega en un procedimiento llamado “carga en el suelo”, según el sitio web, por el que “los pasajeros se cuelgan de las correas de carga que van de pared a pared y que sirven como cinturones de seguridad improvisados”.
La cifra de 640 está entre el mayor número de pasajeros jamás transportados en el C-17 Globemaster III, un avión de transporte militar que ha sido operado por los EE.UU. y sus aliados durante unos 30 años, y que, según se informa, está diseñado para transportar unos 150 soldados con comodidad y 171.000 libras de carga. Defense One dijo que otros aviones que despegaron de Kabul el domingo pueden haber tenido un número aún mayor a bordo.
En la Operación Salomón de Israel, que duró 36 horas y transportó a más de 14.000 judíos etíopes desde Addis Abeba en 1991, un 747 de El Al transportó a más de 1.000 pasajeros, un récord mundial. El Libro Guinness de los Récords cifró la cifra en 1.088, incluidos dos bebés nacidos en ruta hacia el aeropuerto Ben Gurion.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, defendió el lunes su decisión de retirar las fuerzas estadounidenses de Afganistán, pero reconoció que el colapso del gobierno afgano fue más rápido de lo previsto.
Biden describió las imágenes procedentes de Afganistán -especialmente en el aeropuerto de Kabul, donde enormes multitudes de afganos descendieron con la esperanza de huir del país, y varios murieron- como “desgarradoras”.
Biden culpó a los líderes políticos de Afganistán y a sus militares de la rápida toma de posesión de los talibanes. “Los líderes políticos de Afganistán se rindieron y huyeron del país”, dijo, mientras que los militares, entrenados por Estados Unidos durante 20 años y dotados de equipos por valor de miles de millones, depusieron las armas.
La embajadora estadounidense Linda Thomas-Greenfield instó a que “todos los nacionales afganos y los ciudadanos internacionales que deseen partir puedan hacerlo con seguridad”, y añadió que Estados Unidos prometió “ser generoso en el reasentamiento de afganos”.