El líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, podría intentar utilizar el caos en Líbano para reforzar su control sobre el país, aumentando así la influencia de Irán sobre Beirut, según declaró un alto funcionario de las Fuerzas de Defensa de Israel durante el fin de semana, mientras la inestabilidad política en el vecino del norte de Israel aumenta cada día.
El Líbano se encuentra sumido en un colapso económico que amenaza su estabilidad y que el Banco Mundial ha calificado como una de las depresiones más profundas de la historia moderna.
En unas inusuales declaraciones públicas sobre la situación en el Líbano, el general de brigada Shlomi Binder, comandante de la 91ª División de las FDI, declaró: “El Comando Norte sigue muy de cerca la situación al otro lado de la frontera. Seguiremos protegiendo y defendiendo a los ciudadanos israelíes”.
Señaló que las FDI están explorando una serie de escenarios sobre lo que el futuro puede deparar al Líbano, ya que cualquier acontecimiento de este tipo es probable que tenga un efecto directo sobre Israel.
Uno de los escenarios para los que el ejército en general y el Comando Norte, en particular, se están preparando es la posibilidad de que miles de objetivos intenten infiltrarse en la frontera, por tierra y por mar, en busca de un futuro mejor.
Otro aspecto preocupante es el posible colapso del ejército libanés. El ejército de Beirut se considera un elemento estabilizador del país, pero ha estado plagado de deserciones.
Un alto oficial libanés declaró a los medios de comunicación locales que los militares “no podrán aguantar más allá de septiembre”.
El jefe del ejército libanés, el general Joseph Aoun, advirtió el viernes que la situación podría derivar rápidamente en el caos e instó a la intervención internacional.
Si el ejército libanés se rompe, el armamento avanzado caerá seguramente en manos de Hezbolá, aunque es poco probable que el grupo terrorista chiíta haga una jugada obvia para evitar que parezca que está intentando usurpar el control del Líbano.
Funcionarios de las FDI dijeron a Israel Hayom que, a diferencia de lo que ocurre en Siria, las posibilidades de que Irán intente establecer una presencia real sobre el terreno además de la que tiene a través de Hezbolá son escasas, sobre todo por la oposición de la opinión pública libanesa.
Aun así, no es imposible que, ante la creciente crisis económica, muchos libaneses acaben cediendo y permitan a Irán un mayor arraigo en el políticamente frágil Estado a cambio de un alivio económico.
Lo que más preocupa a las Fuerzas de Defensa de Israel es la posibilidad de que la inestabilidad política y económica del Líbano dé lugar a la aparición de células de la jihad global, especialmente en el norte del país, lo que podría generar un aumento de la actividad terrorista en la región.